"Tranquilo, tengo todo controlado". Afuera, el equipo no aguantaba los nervios. En la pista, el novato asombraba con su calma. Camilo Echevarría se ganó un lugar en la historia del Top Race Junior, no sólo porque surgió del Concurso Nacional de Pilotos, sino también por su notable triunfo de ayer en el autódromo de "Aldea Romana", en Bahía Blanca.

El neuquino logró su primera victoria desde que decidió hacer una pausa en su campaña en el exterior y regresar al país, donde sólo había participado en kárting. También es el único regional que pudo ganar hasta ahora en la categoría.

Echevarría consiguió en apenas su cuarta presentación lo que a muchos les puede costar toda una campaña, porque ganar y más en una división donde todos los autos son iguales, adquiere mayor dimensión.

Camilo se jugaba en Bahía Blanca mucho más de los que algunos se podían imaginar. ¿El motivo? Sencillo, en su debut en la F- Renault, en Roca, no le fue bien. Fue un golpe duro a su ilusión de andar bien ante su gente. Por eso, la cuarta del TRJ era una revancha, por más que el joven piloto es el que más confía en su manejo.

Con esta victoria, el neuquino ratificó que tiene condiciones para intentar ganarse un lugar en el mundo del automovilismo. Empezó a edificar su gran triunfo el sábado, en la clasificación, con su primera "pole". Y ayer, a la hora de la verdad, hizo todo bien.

Fue de punta a punta, aguantando durante 19 vueltas -terminó por tiempo y una antes del final-, el acoso de Germán Giles, el líder del certamen.

A pesar de los dos ingresos del auto de seguridad, Echevarría tuvo resto para bancar al puntero, quien lo atacó y lo soltó para volver a encarar con todo en las dos últimas vueltas buscando el lugar por donde meterse. Camilo no lo dejó, hizo un gran trabajo y se dio un gusto de aquellos.