River salió a jugar ante Gimnasia (LP) sabiendo que una victoria lo dejaría cerca de Vélez, único puntero del Clausura, y también teniendo en cuenta que un éxito sería una inyección anímica vital para encarar el superclásico del próximo domingo, ante Boca.
Pero esta presión terminó perjudicando a River, situación que fue aprovechada por el ´Lobo´, que manejó el destino del balón ante el desconcierto ´millonario´ en gran parte del juego.
La zozobra en la defensa de River fue tal, que cada vez que Gimnasia cruzaba la mitad de cancha daba la sensación que podía convertir. "El domingo, cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar", cantaban los hinchas de River, olvidándose que primero debían vencer a Gimnasia.
River jugó tan mal el el inicio que recién llegando a la media hora de juego tuvo un remate franco al arco y fue a través de Villagra. Por eso a nadie sorprendió cuando Sosa, con gran categoría, definió al lado del palo derecho del neuquino Daniel Vega. Si River estaba nervioso con el 0-0, con la desventaja se acrecentaron aún más sus problemas.
Pero en el segundo tiempo todo cambió. Porque River tuvo otra actitud, comenzó a jugar pensando en Gimnasia y no en Boca. Lo igualó con una aparición del juvenil Mauro Díaz, quien aprovechó un rebote que dejó Sessa luego de un remate de Falcao.
Minutos después Barrado, de primera, mandó al fondo de la red un buen centro de Villagra. Sin embargo a este River todo le cuesta mucho, porque a la jugada siguiente, Ferrari le cometió un penal a Juan Cuevas y el mismo delantero estableció la paridad.
El resultado dejó mal a los dos, porque River necesitaba ganar para acercarse a Vélez, y a Gimnasia, que antes del partido hubiera firmado el empate pero por cómo se dio el juego se quedó con bronca debido a que mereció llevarse los tres puntos.