Apenas un gol, anotado por Rodrigo López de penal en la primera etapa, le sirvió a Vélez para quebrar a un San Lorenzo vacío, de fútbol y espíritu, y quedarse con los tres puntos que le permiten convertirse en el nuevo puntero del torneo Clausura.
Con su propio público en contra (el más silbado fue Andrés Silvera), sin individualidades que dieran la cara, sin juego de equipo, San Lorenzo no pudo abstraerse del conflicto vivido esta semana y lo pagó caro, abriendo ante si un futuro incierto.
El gol de Hernán Rodrigo López, de penal, tras una infracción de Sebastián Méndez al delantero uruguayo, que sólo Héctor Baldassi vio, fue la única diferencia entre dos equipos que, por distintas razones, mostraron un pobre espectáculo.
Dentro de ese panorama, Vélez fue un poquito más que San Lorenzo, y para eso le alcanzó con tener la pelota, 20 minutos de López, algunas cosas de Víctor Zapata y Leandro Velázquez, y la solidez de los centrales. Un remate desviado de Franco Razzotti y otro de Zapata que sacó Hilario Navarro, fueron las únicas aproximaciones de Vélez durante la primera media hora de partido.
San Lorenzo, sin respuestas futbolísticas ni anímicas, dependió exclusivamente de lo que surgiera de los pies del "Papu" Gómez, y, claro está, esto alcanzó para poco. Después llegó el invento de Baldassi, el cual fue aprovechado por López, y el partido tuvo su quiebre.
Nada pasó en los últimos cuarenta y cinco minutos. Al principio Vélez le cedió la iniciativa a su rival, pero éste no tuvo elementos para aprovechar esa situación y nunca pudo poner a uno de sus hombres mano a mano con Montoya.
Vélez decidió recuperar la iniciativa y lo logró sin mayor trabajo. Pero el equipo dirigido por Ricardo Gareca careció de la convicción para liquidar el partido. Llevó, sin problemas, la pelota hasta la puerta del área grande, pero en esa zona sus jugadores se nublaron y le perdonaron la vida a San Lorenzo. Vélez ganó por poco, pero ganó bien y por eso es puntero.