Dicen los periodistas de los medios más prestigiosos de España que "siempre merece (vale) la pena pagar una entrada para ver al Atlético de Madrid". Los cronistas basan este comentario en que "el fútbol es espectáculo y para bien o para mal, con los rojiblancos siempre está garantizado".

Fue una semana difícil para los "colchoneros", porque se quedaron afuera de la Liga de Campeones a manos del Porto y porque se desató un "cabaret" interno entre un grupo de jugadores liderados por el "Kun" Agüero, Maxi Rodríguez y "Cachavacha" Forlán y el técnico Abel Resino. Ayer el Atlético jugó un fútbol por momentos exquisito, arriesgado y vertical.

Tan arriesgado fue su fútbol y tan injusto es muchas veces este deporte, que en un abrir y cerrar de ojos el estadio Calderón enmudeció con un contragolpe del "Submarino amarillo" que terminó en gol del chileno Matías Fernández. Hasta ese momento, Agüero era una pesadilla para la visita y a Forlán, cuando apenas iban tres minutos, Diego López le había detenido un penal.

En realidad, el equipo de Mauricio Pellegrini no se retiró con una goleada debido a que el arquero, que pide selección, se puso la capa de héroe y no se la sacó hasta el pitazo final. El Atlético fue siempre mejor, pero como está destinado a sufrir, a los 7 del segundo tiempo recibió el 2-0, a cargo de Cani.

Suerte tuvo el Atlético de que el "Kun" encontrara el descuento al minuto de ese baldazo helado, después que un remate de Forlán dio en el poste. Villarreal se quedó con 10, Resino puso a Banega para que conduzca el equipo y el "colchonero" encontró sobre el final lo que buscó en los 90: un triunfo, con goles de "Cachavacha" y Antonio López, que lo dejó quinto en la liga y a dos puntos de la clasificación a la próxima Liga de Campeones.

Barcelona tampoco la tuvo sencilla en su visita a Almería, pero cerró una semana perfecta (había eliminado con una goleada al Lyon de la Champions) y se afirmó en lo más alto de la tabla, ya que aventaja al Real Madrid por seis puntos.

"Pep" Guardiola se la jugó y dejó en el banco de los suplentes a "Titi" Henry y a Samuel Eto´o y le dio la bendición al joven Bojan Krkic, que le pagó con creces y por duplicado.

El equipo de Hugo Sánchez fue un obstinado rival para el Barça, que recién encontró la apertura del marcador a los 8 del segundo tiempo, con una definición de Bojan después de una exquisita pared entre Lio Messi y Xavi.

El 2-0 definitivo, también a cargo del pibe catalán, cayó tras otra destacada jugada colectiva.

Además, el Sevilla consiguió un agónico empate en el derbi andaluz por 2-2 ante el Málaga, que desperdició la chance de acercarse a los cuatro mejores equipos de la Liga.