BUENOS AIRES (Walter Rodríguez, enviado especial).- Vaya sorpresa que ha resultado ser Modesto Vázquez. Pocos imaginaban ese perfil de personaje desencasillado, enemigo de las frases hechas y de actitud frontal. Después de siete años en Inglaterra, donde estuvo trabajando para la Federación de aquel país, 'Tito' desembarcó vestido de capitán a hacerse cargo de una nave que había quedado a la deriva en Mar del Plata luego de sucumbir ante la 'armada española'. A causa de este 'exilio', Vázquez era un ilustre desconocido para la mayoría de los jugadores. Ninguno de los que componen este equipo que venció a Holanda, había tenido algún tipo de contacto tenístico con 'Tito'. Sólo David Nalbandian y a Guillermo Coria en júniors, cuando era responsable de la Escuela de Alto Rendimiento de AAT. La imagen de tipo moderado y 'anticuado', como lo llegó a catalogar José Luis Clerc, con esta serie debut en su segundo ciclo como capitán argentino, quedó sepultada para siempre. Vázquez se mostró combativo y con las energías necesarias para refundar el equipo.
Asimilar la baja de Nalbandian fue la primera prueba de fuego que le puso el cargo. Llamó a Martín Vasallo Argüello para conformar el doble y desterró al Rey David de la escena diciendo: "No quiero que nadie más me pregunte por Nalbandian...hay que concentrarse en la serie", bramó algo molesto con la decisión ya tomada. La conquista más importante de Vázquez fue sin dudas cohesionar un equipo que ante Holanda fue inédito. Mónaco no había jugado Davis de local, Chela hacía tres años que estaba fuera del equipo, Arnold seis y Vasallo Argüello era debutante absoluto.
Un equipo que no se conformó de manera caprichosa, sino porque estos eran los elementos que había tras las distintas lesiones y renuncias del resto de las mejores raquetas nacionales. "Lo más importante de todo esto es haberme ganado el cariño de ellos, los jugadores", rescató 'Tito', dejando en claro que la piedra basal del nuevo proyecto ya estaba en su lugar.
Vázquez pone especial acento en la actitud, propia y para los jugadores: "Los chicos pusieron lo que había que poner...", dijo el capitán tras el 2-0 del primer día, lejos de la postura siempre mesurada de su antecesor 'Luli' Mancini. Sin ser mejor ni peor que el misionero, Vázquez tiene su propio estilo y poco a poco conquista al pueblo tenístico argentino. No obstante, es inevitable que su feeling para con su función siga estando bajo la lupa. Más aún teniendo en cuenta que el próximo compromiso será de visitante, ante República Checa, y con la carga agregada de tratar de amalgamar un 'nuevo' equipo con Nalbandian y JM Del Potro, que ya quedó claro que no son precisamente amigos entrañables.
"Hemos dado un gran paso, y cada paso dado para nosotros es una final", ha dicho 'Tito', el nuevo timonel del gran sueño albiceleste, que como ningún otro antes, quiere llegar a destino: conquistar la Ensaladera de Plata.