El inglés Gary Leineker tiró una sentencia que sonó alguna vez graciosa: "El fútbol es un deporte donde juegan dos equipos y siempre gana Alemania". Esa frase se podría traer hasta nuestro fútbol doméstico y adaptarla a Boca.
Ayer el equipo de Carlos Ischia demostró que no necesita jugar bien, ni siquiera ser superior a su adversario, para sumar de a tres. Es más, en Jujuy Gimnasia fue más y le abolló los palos al "Pato" Abbondanzieri.
Pero aquí queda claro que la jerarquía manda. Por eso, cuando el "Lobo" era más, Ricardo Noir aprovechó un rebote que dejó Gastón Pezzuti, llegó antes que todo y no perdonó.
Eso sucedió a los 27 del complemento. 11 minutos después el golpe de gracia lo dio Lucas Viatri, que colocó el 2-0 tras un buen pase de taco de Juan Román Riquelme. El "Lobo" descontó con un cabezazo de Pablo Calandria, pero ya era tarde. Muy tarde.
¿Qué sucedió antes? Hasta el 1-0 el conjunto norteño fue superior a su adversario, a tal extremo que tres de sus intentos pegaron en los postes.
Los goleadores frustrados fueron Calandria, Jorge Luna y Ricardo Gómez. Al reaparecido arquero xeneize se lo observó bastante inseguro, pero de todos modos Gimnasia fuer incapaz de vencerlo. A Boca se le puede perder el respeto en algún momento, pero siempre encuentra la forma de resurgir.
En la primera parte el entusiasmo de los anfitriones le causó problemas al equipo dirigido por Carlos Ischia. El campeón argentino sintió la ausencia del lesionado volante de equilibrio Sebastián Battaglia y la de Jesús Dátolo, el zurdo incansable que acaba de ser transferido al Napoli italiano
Boca distaba de ser aquel que se alzó con el último título de 2008 y de los torneos de verano de 2009, pero todo cambió a partir de la conquista de Noir.
Riquelme logró a partir de esa ventaja mayores espacios para crear y en una de ellas le sirvió a Viatri el segundo tanto.
Claro que Boca también había llegado inclusive cuando el dueño de casa era un dominador importante, pero desde el 1-0 la diferencia en la capacidad de elaboración y definición terminó por tornarse decisiva. Por eso ganó el "xeneize", el más firme candidato a quedarse con este Apertura.
El "Lobo" jujeño necesitaba sumar, porque está en descenso directo, y si no lo hizo simplemente fue porque se topó con el mejor equipo de la actualidad.
Carlos Ischia dejó en claro cuál es el mensaje de este Boca: "Me gusta salir a jugar contra el que sea de esta manera. Así serán muchas más los partidos que podamos ganar que perder". (ver aparte)
Cuestión de "categoría"
Carlos Ischia hizo un análisis bien personal de la victoria de su equipo. Para el calvo entrenador, a Boca le "crearon mucho peligro", pero fue superior a Gimnasia de Jujuy "en el manejo de la pelota y en la definición".
En diálogo con TyC Sports, el técnico "xeneize" aclaró que "ellos crearon situaciones, no sé cuántas, pero tuvieron varias claras con tres tiros en los palos", pero también señaló: "Nosotros también llevamos peligro. En las situaciones estuvimos parejos, pero en el manejo de la pelota y en la definición fuimos superiores y por eso nos llevamos el partido".
"Me voy conforme, sabía que iba a ser complicado, difícil. Supe que nos podía costar cuando entramos a la cancha y vi el pasto larguísimo", precisó el entrenador.
Y agregó con respecto al césped: "Estaba altísimo, como para jugar a la escondida casi. Pero esta bien, cada uno busca lo que más le conviene", insistió.
Con respecto a la actitud de sus jugadores para encaminar la victoria en un encuentro que fue muy parejo, Ischia rescató "la categoría" de sus dirigidos y la capacidad para "sobreponerse" a la adversidad. Por otro lado, Ischia calificó al partido como "muy lindo", porque "Boca salió a jugar de igual a igual, mano a mano". Y concluyó que de esa forma su equipo "será candidato".
Los "chicos" de Boca vuelven a hacer de las suyas. Viatri ya puso el 2-0 y Ricardo Noir se funde en un fuerte abrazo.
Para Ischia, un triunfo merecido.
Pibes de oro
No es demagogia lo de Carlos Ischia. No es que se agrande el técnico cuando asegura que no sólo tiene dos equipos, si no "hasta tres y cuatro jugadores por puestos".
Hoy Boca es la envidia del fútbol argentino. Sus "pibes" se mimetizan y adoptan la categoría de los más grandes (Abbondanzieri, Ibarra, Battaglia, Riquelme, Palacio, Palermo) y entonces el "xeneize" se torna un equipo impenetrable. Y, sobre todo, experto en ganar.
Ischia ya dejó en claro que su mayor objetivo será dar la vuelta olímpica a nivel continental, pero sus muchachos lo hacen dormir más que tranquilo, soñando con la posibilidad de la doble corona.
En el fondo Muñoz y Sauro son una garantía cuando deben suplantar a la dupla Cáceres-Roncaglia y Pablo Mouche ya dejó en claro que es un delantero de temer. Lo mismo que Noir, el relevo con acento francés que abrió las puertas de la victoria.
Posiblemente la única preocupación del entrenador sea el medio, sobre todo por Juan Forlín no posee los "tentáculos" de Battaglia a la hora del quite. Por todo eso, Boca sueña despierto.
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