En una segunda etapa en general rápida, que teóricamente era la preferida para el español Marc Coma, el líder de la general perdió ayer parte de la notable ventaja que había edificado en el especial de Buenos Aires-Santa Rosa.
A pesar de los problemas en su KTM,el liderazgo de Coma es cómodo. Aventaja a su nuevo escolta, el holandés Frans Verhoeven, por 13m 47, pero con muchos kilómetros de velocidad y dificultades por superar.
Dentro de una etapa que arrojó muchas novedades, el estadounidense Jonah Street, después de finalizar quinto fue penalizado seis minutos y bajo al quinto lugar de la general.
Esta novedad también le permitió al francés David Fretigne meterse tercero en la general. Con 24 segundos más en la etapa que el también galo Cyril Despres, el piloto de Yamaha confirma que su 450cc no tiene nada que envidiar a las KTM.
Lo que sucede un día evidentemente no marca la tónica del siguiente. Esta regla se
aplica también para el afamado Coma, cuyo rendimiento entre Santa Rosa y Madryn le devolvió las esperanzas a otros pilotos en el Dakar.
Después de largar primero, con la responsabilidad de garantizar la navegación, al español le fue bien, registrando el mejor tiempo en el CP2.
Pero todavía le quedaba la segunda mitad por recorrer. Su situación se complicó en uno de los tramos más rápidos, que tanto le gustan, cuando bajó el ritmo por problemas con el radiador de su moto.
Paró en un control de paso, pero tuvo que continuar porque no le podían ayudar.
Fue por eso que volvió a parar más adelante, en el primer lugar habitado, para ser ayudado por un espectador.
"Alguien me trajo aceite y pude ponerle a la moto. Llegué parando regularmente", aseguró Coma.
Verhoeven aprovechó al máximo lo ocurrido para conseguir su primera victoria en una especial del Dakar después de haber sido mochilero de Cyril Despres en 2007. Es precisamente su antiguo jefe el que terminó en el segundo puesto ayer, a sólo 30 segundos, remontando hasta el duodécimo lugar de la general.