Kobe Bryant, LeBron James, Carmelo Anthony y compañía se encargaron en el 2008 de recuperar el honor para Estados Unidos en el básquetbol olímpico, cuyo trono fue cedido a una Argentina que hizo historia hace cuatro años y volvió a subir al podio en Pekín. El otro gran retorno fue el de Boston, que tocó el cielo con las manos después de 22 años, con victoria "clásica" ante Los Ángeles Lakers incluida.
El año que termina le devolvió la sonrisa y el orgullo perdido al país donde nació el baloncesto, aunque todavía tiene deudas pendientes que saldar en la esfera internacional. Con un equipazo a la altura del Dream Team original, Estados Unidos despachó a todos sus rivales para alzarse con el oro en el básquetbol masculino, poniendo fin a varios años de tropiezos y humillaciones.
Tras su presea dorada en Sydney 2000 y un anterior ciclo brillante con equipos de ensueño y nombres como Magic Johnson, Michael Jordan, Larry Bird y Charles Barkley, entre otros, Estados Unidos sumó dolorosos reveses en el mundial de Indianápolis 2002 (perdió el invicto ante Argentina, fracasó en las olimpiadas de Atenas 2004 y volvió a quedarse corto en el Mundial Japón 2006. Pero las cosas cambiaron tras ese último traspié.
Con la batuta de Mike Krzyzewski, Estados Unidos se armó con lo mejor de la NBA e inyectó una nueva filosofía entre los as
tros: disciplina, sacrificio, juego en equipo y solidaridad. Y en el torneo clasificatorio de las Américas, disputado en Las Vegas en septiembre del 2007, el equipo dejó en claro que deseaba recuperar el trono, al ganar la competencia con espectáculo y sendas palizas. Repitió la dosis meses después en Pekín, aunque debió sudar en algunos tramos para derrotar al actual monarca mundial España 118-107 en la disputa del oro. Previamente, había despachado a una Argentina que jugó sin Manu Ginóbili, lesionado en un tobillo.
Bryant destacó después de la final que se equivocaron aquellos que decían que Estados Unidos, lleno de astros, no podía jugar colectivamente. Argentina cedió el título alcanzado en Atenas, pero de todas maneras se llevó un bronce enorme, al derrotar a Lituania.
En el campo de la NBA, los Celtics, de la mano de su trío espectacular (Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen), sumaron su 17º título al despachar en seis partidos a los Lakers de Bryant y Pau Gasol en la final.
Boston había logrado su última corona en 1986. Lo asombroso es que los Celtics sólo había logrado 24 éxitos en la 06/20. Pero todo cambió tras los canjes que llevaron a Boston a Garnett y Allen, quienes se juntaron de perlas con Pierce, el más valioso en la final.
Ninguno de los tres había ganado un anillo y no esconden su hambre de más gloria en la actual temporada. Boston arrancó de forma arrolladora en el Este, donde tienen a los Cavaliers de James, entre sus principales rivales.
Los Lakers no se quedan atrás y comenzaron a full en el Oeste. Cuentan de nuevo con su pivot Andrew Bynum para hacer pareja con el español Gasol en la pintura, algo que alegra a Bryant, el jugador más valioso de la anterior temporada y que quiere sacarse la espina clavada por los Celtics.