Su nombre ni siquiera aparecía entre los invitados a la fiesta del atletismo a finales del año pasado, pero el jamaicano Usain Bolt acabó poniendo nombre y apellido al 2008 tras su exhibición en Pekín.

Nunca nadie antes había ganado los 100 y los 200 metros en los Juegos Olímpicos con record mundial, y añadió a la hazaña un tercer oro con plusmarca (4x100). El giro de cabeza para mirar al resto y sus largas piernas casi en paso de baile en la sentencia, agregaron espectacularidad a su logro máximo.

Tyson Gay y Asafa Powell eran los llamados a disputarse el triunfo en la gran batalla del año en el atletismo: la final del hectómetro en el majestuoso Nido de Pájaro. El estadounidense hizo doblete en la velocidad en los Mundiales de Osaka 2007 y el jamaicano empezaba el año como el hombre más rápido de la historia.

Sin embargo, Bolt, de 22 años, acabó pronto con la dicotomía. Después de dar un primer aviso en Jamaica, donde corrió sólo un par de décimas de segundo más lento que el récord de Powell, el joven talento sorprendió al mundo en Nueva York al derrotar a Gay registrando una nueva plusmarca mundial con 9,72 segundos. El gran golpe llegó en Pekín.

Fuera de forma por una lesión, Gay ni siquiera estuvo en la final, mientras que Powell volvió a dar muestras de su fragilidad mental y sólo pudo ver a lo lejos, desde su quinta posición, cómo Bolt cruzaba la meta, con los brazos extendidos, con varios cuerpos de ventaja sobre el segundo y con un récord mundial estratosférico: 9,69 segundos.

Considerado en realidad un especialista en los 200 por su gran estatura, 1,96 metros, Bolt logró poco días después una victoria memorable, donde corrió en 19,30 segundos rompiendo por dos décimas el récord de Michael Johnson.

Pero no todo fueron elogios. El presidente del COI, Jacques Rogge, criticó sus aspavientos tras su victoria en los 100, y Carl Lewis fue incluso más allá. "Si alguien corre en 10,03 segundos un día y 9,69 al año siguiente, sería un tonto si no cuestionara ese dato en un deporte que tiene la reputación que tiene el atletismo", dijo el nueve veces campeón olímpico.

Jamaica está en el ojo de la polémica por la laxitud de su programa antidoping, y con la explosión en Pekín, donde ganó las cuatro pruebas del sprint, las sospechas no se disipan.

Las nuevas generaciones huyen del atletismo, un deporte que este año vio cómo su gran estrella de principios de siglo, la ex velocista estadounidense Marion Jones, iba a la cárcel por negar bajo juramento lo que más tarde acabó confesando: que se había dopado.

Por eso el presidente de la IAAF, Lamine Diack, ve en Bolt a alguien a proteger, incluso frente a los reproches del jefe del COI. "Si queremos crear héroes con los que la gente joven se identifique, ¿por qué criticar el comportamiento de un joven que atrae instantánea y completamente a los jóvenes?", dijo.

La ambición de Bolt no tiene límites y ya anunció su intención de superar la otra gran marca mítica de Johnson, los 43,18 segundos de los 400, aunque para eso habrá que esperar al menos hasta 2010.

Seguramente habrá que aguardar menos para ver un nuevo logro de la garrochetista Yelena Isinbayeva. La rusa de 26 años sumó su segundo título olímpico seguido tras Atenas 2004, y con una marca de 5,05 metros estableció su récord mundial número 24.

Ahora le faltan sólo 12 para superar la hazaña del ucraniano Sergei Bubka, que posee 35 plusmarcas en la disciplina. "Quiero pararme en una altura que no pueda ser alcanzada en cien años", afirmó. "La vida es aburrida sin records", completó.

Lo mismo opinarán probablemente el etíope Haile Gebrselassie, que anotó en Berlín 2.03.59 para la maratón o el cubano Dayron Robles, que arrebató el récord mundial de los 110 vallas al chino Liu Xiang, figura trágica de Pekín por una lesión.

Los grandes nombres del atletismo volverán a darse cita en 2009 para el Mundial de Berlín. Será una nueva oportunidad para romper marcas