Manny Pacquiao se burló de los pronósticos y con un boxeo rápido y preciso le dio una verdadera paliza a Oscar De la Hoya. La definición llegó por nocaut técnico en el noveno asalto de una pelea que se desarrolló en el MGM de Las Vegas.
El astro filipino estaba abajo en las apuestas pero demostró su gran calidad al ganar ampliamente todos los rounds y dejar a su rival con un rostro y el orgullo magullados.
Pacquiao consiguió la 48ª victoria (36 por la vía rápida), frente a 7 derrotas y 2 empates, mientras De la Hoya sufrió su sexta derrota ante 39 triunfos.
"La velocidad fue la gran respuesta de esta pelea. No estoy sorprendido por el resultado, pues me preparé bien para controlar la pelea desde un principio", dijo el filipino. "Estoy contento de darle esta victoria a mi país", agregó.
De la Hoya, de 35 años, tuvo ventaja en estatura (1,78-1,68), y alcance (1,85-1,70), pero al verse bajar casi 6 kilogramos para marcar el peso welter perdió parte de su fuerza.
"Me sentía vacío, sin fuerzas. Traté de ir adelante pero la velocidad de piernas y el movimiento de Pacquiao no me permitieron conectarle nunca bien", reconoció De la Hoya.
Su rival, campeón reinante de peso ligero en el CMB, tuvo que subir dos categorías para enfrentar este reto, pero igual mantuvo intacta su velocidad y potencia de golpeo.
Los 15.001 espectadores que presenciaron el pleito aplaudieron con justicia el triunfo del pequeño David filipino poniendo ante sus pies al temible Goliath, quien parece haber escrito la página final en su historia pugilística.
Al mismo tiempo, se desató la fiesta en todo Filipinas. La presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, llamó por teléfono a Pacquiao para felicitarlo, mientras las calles de Manila estallaban de alegría.