Mientras todos se preguntan qué será de la vida de Diego Simeone en River, sus muchachos poco lo ayudan. Ayer volvieron a mostrar un fútbol de muy bajo nivel y cayeron en manos del modesto Gimnasia de Jujuy (1-0), que lucha a capa y espada por la permanencia.
Al parecer, el futuro del "Cholo" se decidirá después del partido de vuelta ante las Chivas de Guadalajara, aunque ser el último del torneo local, con apenas 8 puntos en 11 partidos, es un enorme dolor de cabeza.
Durante los 45 iniciales River fue un poco más profundo que el local sobre todo cuando el balón salió jugado desde atrás, o gracias a algunas corajeadas.
La más clara se produjo pasados los 21, cuando Villagra garabateó una jugada personal, merodeó el área rival y sacó un buen tiro cruzado que se fue cerca del palo izquierdo de Gastón Pezzutti, para cortarle la respiración a la afición local.
La última ante del descanso llegó porque Leo Ponzio, de mucho sacrificio, sacó pecho en mitad de cancha, trasladó entre muchas piernas pero le pegó demasiado alto.
El cotejo fue parejo en el inicio del complemento, porque los dos equipos se dedicaron más a prestarse el balón que a cuidarlo para sacarle provecho. Entonces, la apertura del marcador no podía llegar de otra forma que se pelota parada. Fue a los 12, cuando Héctor Desvaux le ganó a Villagra en un córner y quemó las redes con un perfecto cabezazo.
Con River desubicado y sin norte, el "Lobo" comenzó a encontrar espacios de contra. Así, sobre los 17 César Carranza se la dio a David Ramírez, pero éste definió horrible.
Once minutos más tarde Facundo Quiroga se tuvo que zambullir en el césped del estadio jujeño para ahogarle el grito de gol de Ramírez, que se metió en el área de Ojeda como si fuese el dueño, luego de agarrar a todo River a contrapierna.
Tantos fueron los desaciertos de River que ni siquiera le alcanzó con el coraje para revertir un partido ante un rival que es evidentemente inferior, al menos en los nombres.
La desesperación de la visita se vio en los gestos y los pies. El "Lobo" aulló fuerte de alegría, porque hizo historia al vencer por primera vez a River en la Tacita del Plata. Y porque salió del descenso directo.