El viaje de Independiente a Comodoro fue un sufrimiento. Por un lado a partir de la crisis con la gente del fútbol -que terminó con el alejamiento del DT-, después por la espera que se generó para los basquetbolistas al tener que aguardar a los futbolistas para viajar juntos, luego la llegada con bastante retraso a destino y por último, porque el transporte se rompió, lo que complicó la vuelta.
De hecho el presidente Gastón Sobisch gestionaba el colectivo de Gimnasia para que el plantel pueda regresar a Neuquén, como una de las alternativas.
Los próximos partidos son de local -en Del Progreso-, pero es un tema a solucionar en forma urgente.