"Si pierdo un partido más, me voy..."
Él mismo, Claudio Borghi, se había impuesto su propio ultimátum y ayer, Independiente, entonces todavía su equipo, perdió un partido más, el tercero consecutivo: 0-1 ante Huracán, un equipo que también busca técnico, y con un golazo de chilena de Leandro Díaz.
"Después del resultado ya sabía que me tenía que ir y era lógico. Hablé con Julio (Comparada), bah... ni siquiera hablamos, nos miramos y ya sabíamos. Le agradezco a mucha gente y pido disculpa a otra que he defraudado", señaló Borghi.
Tranquilo, el Bichi no le escapó a las preguntas que el periodismo le hizo a la salida del vestuario, y siguió comentando su decisión.
"Mantenerse en un estado de partidos perdidos es difícil, vengo de otros antecedentes y sé que después de tres partidos (perdidos) es casi imposible seguir. Sería deshonesto de mi parte quedarme", agregó.
Cuando se le preguntó si había hablado con el plantel, después del partido, para despedirse, el entrenador puntualizó que "no no soy de despedidas, creo que esta clara la situación y antes del partido habíamos hablado de que un mal resultado significaba mi alejamiento. A ellos les agradezco la disposición, que fue muy buena, el cariño y el trabajo".
Por último, Borghi aseguró que se va tranquilo, porque hizo su trabajo con dignidad, aunque los resultados no se dieron. "Me voy dignamente porque he hecho mi trabajo como lo hice como jugador, como técnico y como en toda mi vida, lo único que lamento es haber defraudo. Muerto el perro muerta la rabia. Así que espero que ahora que me voy, no sigan criticando cosas que no son criticables".
El candidato más firme para ocupar el banco es Miguel Santoro, quien ocupa el cargo de entrenador de arqueros de las selecciones juveniles.
"Pepé" tiene una gran relación con los dirigentes del 'Rojo', pero su lugar en los equipos nacionales es un gran impedimento para regresar, ya que para desvincularse deberá convencer a Julio Grondona, enemigo del presidente de Independiente, Julio Comparada.
Los otros dos nombres son los de Gustavo Alfaro y Enzo Trossero