River sigue demorando su reacción y anoche empató sin goles ante el comprometido Gimnasia, en el Estadio Ciudad de La Plata. El equipo de Diego Simeone está penúltimo en la tabla doméstica, y su único consuelo por ahora es el haberse clasificado para los cuartos de final en la Copa Sudamericana.
Por el lado del Lobo se produjo el debut de Leonardo Madelón al frente del plantel profesional y la misión primordial consiste en conservar la categoría. De momento, Gimnasia se halla en zona de descenso directo.
Fueron 20.000 personas que resultaron testigos de las penurias que persiguen a "millonarios" y "triperos".
El primer tiempo fue jugado en forma cautelosa, demasiado pensado y con pocos movimientos de ataque. Los dos se cuidaron y trataron de asegurar la pelota, pero hubo exceso de anemia ofensiva.
La creatividad en ese período inicial fue casi nula, en especial por el lado de Gimnasia, a tal extremo que ni molestó a Juan Marcelo Ojeda. River dispuso de la iniciativa, pero ante su falta de profundidad se tuvo que limitar a probar desde fuera del área grande.
El conservador plan del necesitado Gimnasia consistió en apretar líneas hacia atrás, para reducirle espacios al adversario con la intención secundaria de sorprenderlo mediante alguna réplica.
En toda la primera parte la formación del Cholo sólo llegó aperturbar a Gimnasia por envíos desde la media distancia y dos de Diego Buonanotte fueron desviados por Gastón Sessa.
En la segunda etapa, River pudo haberse puesto en ventaja temprano por un cabezazo del paraguayo Santiago Salcedo, pero Sessa realizó una intervención para el elogio al elevar el balón por encima del horizontal.
Tras esa escena River volvió a decepcionar y Gimnasia mejoró su imagen favorecido por el cambio de actitud y las variantes ofensivas que introdujo Madelón, quien mandó paulatinamente a la cancha al uruguayo Diego Alonso, Ignacio Piatti y Juan Neira.
El empate fue justo, porque cualquiera pudo haberse quedado con los tres puntos en juego, pero ambos siguen en deuda.