La selección argentina suma cracks como nunca en los últimos tiempos, sin embargo no logra que su juego esté a la altura de esos jugadores. ¿O son los jugadores los que no están a la altura de sus propios antecedentes? Como sea, el equipo albiceleste defrauda y eso ya no sorprende.
El sábado, la albiceleste comenzó el partido ante Paraguay con actitud y ambición, se perdió un par de goles y todo se vino abajo cuando Gabriel Heinze y Roberto Abbondanzieri no se pusieron de acuerdo (lo que demuestra que el desentendimiento no es sólo entre Messi y Riquelme), el defensor marcó el gol en contra, el arquero se lesionó y lo reemplazó Juan Pablo Carrizo. Lo que siguió fue el descontrol con la expulsión de Carlos Tevez incluida. Todo en apenas 30 minutos de partido.
Argentina no perdió porque sus figuras tarde o temprano desequilibran y porque Paraguay no terminó de darse cuenta que estaba ante la oportunidad de ganar en el Monumental, y no lo hizo.
Empujado por el oro olímpico, Basile aceptó cambiar su manual clásico de 4-3-1-2 por un 3-4-1-2, que se mantuvo hasta que Tevez fue expulsado. Después se acomodó con cuatro atrás, tres en el medio, Román de enganche y Messi de derecha hacia el centro. Así parado jugó los peores minutos del partido, más por el golpe anímico del gol en contra y la roja a Carlitos que por le redistribución táctica.
Para la segunda parte, el Coco metió mano en el equipo, sacó a Heinze por Daniel Díaz y a Sergio Agüero por Di María. Así volvió a quedarse con tres abajo (Díaz, Demichelis, Coloccini), tres en el medio Zanetti, Mascherano, Cambiasso), Román de "10" y Messi y Agüero arriba.
De este modo, Argentina jugó bastante mejor, logró el empate con el Kun y hasta pudo haberlo ganado.
Variantes sobran
El equipo albiceleste pasó por demasiados estados de ánimo para tratarse de un sólo partido. En parte porque Messi, Tevez, Riquelme... en fin, los aquellos cracks, desesperan por dar lo que todos esperan de ellos, entonces se apuran y no piensan, o piensan demasiado y no resuelven. Y en parte porque le cuesta ganar.
La reunión olímpica le sentó bien a Leo y a Román. El sábado se entendieron mejor que otras veces. De hecho, el gol fue una pared levantada entre ambos que el del Barcelona cierra con una asistencia a Agüero.
Mascherano, en cambio, lo extrañó a Fernando Gago, su compañero en Beijing. Tampoco se reunirán en Lima porque el volante del Liverpool fue sancionado con una fecha por dos amarillas y será reemplazado por el del Real Madrid, ¿o Sebastián Battaglia?.
Los Juegos también empujaron a la cancha a Ángel Di María a un debut con la mayor que 45 minutos después pareció algo apresurado. ¿Qué pasará con él? ¿Lo mantendrá el Coco entre los titulares o se inclinará por Jonás Gutiérrez? Agüero lo reemplazó ante Paraguay y encajó mejor en el equipo que salió a jugar, que estaba con 10 y un gol abajo.
Sin Tevez, expulsado, ¿quién lo reemplazará? ¿El propio Kun? ¿Lisandro López, que marcó tres goles en la práctica de ayer?
Jugadores no faltan, está claro. Es a partir de ellos que debe encontrarse el camino a un mejor juego y a su consecuencia, el triunfo. ¿Ocurrirá el miércoles ante Perú? Sería una buena oportunidad.