Un verdadero suceso resultó la primera experiencia de las picadas en el autódromo roquense, donde ayer se reunió una multitud para disfrutar de la adrenalina y la velocidad de un espectáculo que es sinónimo de éxito en buena parte de Argentina.

Hacia tiempo que la AVGR andaba con ganas de afrontar el desafío de armar una prueba de las clásicas picadas.

Las ganas de la Asociación Pilotos Patagónicos de Picadas, encabezados por Hugo A. Baratelli, su abuelo fue uno de los pioneros de la AVGR, encontraron respuesta en el club roquense y ayer se montó un espectáculo que superó todas las expectativas.

Desde temprano hubo mucho ruido, caucho quemado y definiciones emocionantes en las diferentes categorías.

Sorprendió a todos los más de 100 anotados que hubo entre las diferentes categorías, los que picaron en 1,5 de milla en la recta de boxes. Pero, también dejó asombrados a los dirigentes de la AVGR la notable respuesta de aficionados, superando en varios miles a las diferentes categorías regionales que suelen utilizar el autódromo roquense.

Se trató de cuidar hasta el más mínimo detalle, pero no faltó los que tuvieron que dar la nota, andando a fondo por la calle de boxes, súper poblada de aficionados atraídos por un espectáculo diferente.

Salvo ese detalle, en el que habrá que extremar las medidas de seguridad, el resto salió a pedir de los organizadores. El sistema de largada que se trajo desde Buenos Aires dio sus resultados, evitando cualquier sospecha a la hora de las picadas y/o desafíos. Los autos foráneos también aportaron lo suyo. Y a más de uno sorprendieron los locales, con máquinas tan rápidas como furiosas a la hora de acelerar.