Argentina perdió el título que había conquistado hace cuatro años en Atenas, pero con un equipo más corto y un entrenador que jugó todas sus fichas a la "Generación dorada" demostró en los Juegos Olímpicos de Pekín que se mantiene en la elite del básquet mundial.
Sin Manu Ginóbili, el quinteto nacional se tomó revancha de Lituania (87-75), lo derrotó con claridad y se subió al tercer escalón del podio, en un torneo en el que fue de menor a mayor y tuvo su clímax en cuartos, cuando vencieron al subcampeón mundial Grecia por 80-78 en un partido durísimo.
La defensa dorada empezó con mal pie, pero el 75-79 ante los lituanos dejó una gran noticia: Manu estaba en toda su dimensión y eso era un bonus extra.
Pero también se vio que el técnico Sergio Hernández se decidió a "morir" con los sobrevivientes de la "Generación dorada": Manu, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Luis Scola, Carlos Delfino y Leonardo Gutiérrez. A ellos se les sumó el base Pablo Prigioni, prácticamente con un plantel de siete jugadores, mientras que Román González y Paolo Quinteros se acostumbraron a papeles secundarios.
Tras la caída en el estreno, Argentina comenzó a sumar triunfos. Venció justificadamente a Australia, Irán, Croacia y Rusia y terminó segunda detrás de Lituania. En cuartos, con Manu jugando al nivel que tiene acostumbrado a todos en la NBA, ese que llevó a que fuera elegido mejor sexto hombre en la última temporada, y un Delfino espectacular (15 puntos consecutivos al inicio del último cuarto), Argentina venció a Grecia (80-78) en un partido para el infarto en el que los helénicos tuvieron la última pelota pero fallaron el triple.
El esfuerzo ante los griegos le pasó factura en el físico a los criollos, que enfrentaron a un Dream Team que arrasaba con su rivales y que les ganó por 20 puntos (101-81), pero recién estableció esa holgada distancia en el último parcial.
La semifinal mostró al mejor Luis Scola de Pekín, con 28 puntos y como sostén del equipo en el partido hasta el último cuarto. Manu se perdió casi todo el juego con su maldita lesión en el tobillo y en San Antonio estallaron, porque le habían pedido que no dispute los Juegos.
Esa baja también dejó en evidencia al DT, quien se vio en la obligación de meter mano en los "suplentes". Y ellos, Quinteros y Leo Gutiérrez, salvaron las papas en el momento más caliente ante Lituania. Después, lo acostumbrado: la garra de Chapu, el talento de Delfino, la pareja súper confiable que conforman Scola-Oberto...Es cierto que se viene -y se impone- un cambio generacional, pero ahora es momento de disfrutar de este plantel histórico.