Vaya si apostó fuerte cuando tomó la decisión de dejar su auto del Grupo N-4 para privilegiar defender la punta del regional en la Súper R. El triunfo en la 38 edición de la Vuelta de la Manzana le terminó dando la derecha a Raúl A. Martínez, quien se quedó con una impecable victoria en la categoría en los dos certámenes. Mientras, Darío Hernández prolongó su racha en el Grupo N-3.
“Rauly” Martínez dominó la primera etapa, pero nunca pudo acumular una diferencia como para encarar lo que faltaba con tranquilidad.
Por eso, y sabiendo que por delante estaban los tramos de Regina que conoce de memoria, Martínez apostó a un ritmo que no solo le permitió ganar también la segunda etapa y la “Manzana”, sino también meterse entre los diez mejores de la general.
Recién promediando la prueba, el reginense le hizo una diferencia a Carlos Valls, otro que cada vez anda mejor en la categoría, pero no levantó.
Es que Martínez no estaba dispuesto a relegar nada y entonces se prendió en la lucha con el reenganchado Miguel “Nene” Nonnenmacher, otro que conoce como pocos los caminos de Regina, pero que recién está conocido al Subaru. Y terminó superándolo por 11s.
El balance para Martínez terminó siendo muy positivo. Ganó muchos tramos, se llevó la victoria por los dos certámenes y en el cierre recibió el reconocimiento de los aficionados, los que disfrutaron con su manejo en la zona de bardas.
Martínez sumó doble por el regional, lo que le permite afirmarse enla búsqueda del título con un auto súper confiable que le entrega en cada prueba el Patagonia Racing.
Segundo en la general terminó Valls,mientras que Daniel Llanos completó un podio ciento por ciento regional.
En una división los foráneos se tuvieron que resignar a un papel secundario por el gran nivel que tiene la categoría en el regional.
En el Grupo N-3 repitió Hernández, quien dio otro paso decisivo en busca de un nuevo título en el Argentino.
El gasto de la segunda etapa, como también sucedió en la primera, lo hizo Manuel Machinea. Achicó un montón con la punta y hasta se ilusionó con la hazaña, pero abandonó al final del duodécimo tramo.
Cosa juzgada y tranquilidad para Hernández, quien se fue derecho a la victoria.
“Todavía falta...”
No quiere ni sentir hablar del título, por más que su camino a un nueva conquista en el certamen argentino de rally parece un trámite. El catrielense Darío Hernández no o-cultó su felicidad, pero prefiere el paso a paso. “Ganar la ‘Manzana’ es algo que estaba esperando y lo pude lograr”.
Después de ser campeón en el Grupo N-2, salvo una verdadera debacle Hernández es número puesto en la división mayor de la tracción sim-ple.
Tiene un Renault Clío que es súper confiable. Después de los títulos de Pablo Cacopardo y Maximiliano Debasa, va por el tercero manejado por Hernández.
–¿Te sentís campeón?
–No... Soy conservador. Recién voy a festejar cuando los números lo certifiquen. Por ahora, seguimos con nuestro objetivo de sumar la mayor cantidad de puntos posibles en cada prueba.
Hernández se hizo tiempo para hablar de la categoría y señalar que “en el Grupo N-3 están quedando muy pocos porque los costos son elevados. Es una lástima, porque los autos son bárbaros”.
El catrielense sólo tuvo palabras de elogios para el Debasa Competición que le entregó un auto que, salvo el abandono parcial en Bariloche, después fue una máquina de sumar en las cinco pruebas restantes.
Vasiluk y un triunfo “Ka”
Si en el Argentino el Gru-po N-2 pasa desapercibido, todo lo contrario sucedió en la Vuelta de la Manzana. Y mucho tuvo que ver Damián Vasiluk, quien se quedó con la victoria después de una tremenda batalla durante las dos etapas con Mauro Debasa. El roquense dio un paso muy importante en busca del título regional con su Ford Ka, al que puso de moda a fuerza de triunfos.
Los que esperaban una batalla entre Vasiluk y Debasa en la segunda etapa no se equivocaron.
Debasa encaró la parte final de la “Manzana” con apenas dos décimas de ventaja sobre Vasiluk y un poco más sobre Omar Kovacevich, Oscar Ibargüen, Clau-dio M. Bissanti y cía.
El catrielense pegó primero y estiró la ventaja sobre Vasiluk a 3s 8/10 después del primer tramo en Cervantes.
Y la amplió a 16s 9/10 en el segundo, al tiempo que desaparecían de la clasificación Kovacevich, con problemas en el motor de su auto, e Ibargüen, y Bissanti avanzaba al tercer lugar.
Recién llegó la respuesta de Vasiluk en el tercero, achicando la brecha con Debasa a 10s 4/10.
Se fueron a definir en los dos tramos de Regina y en Huergo, en medio de una gran expectativa.
En la Isla 58 aceleró todo Vasiluk, no solo descontó la diferencia, sino que pasó a ganar por 2s 4/10.
Casi nada con el tramo del Parque Industrial por delante, donde Debasa volvió a recuperar la punta, relegando a Vasiluk por 1s 3/10.
Cada vez faltaba menos y todos se ilusionaban con una definición en el súper especial del autódromo roquense.
No pudo ser, porque en Huergo Debasa rompió una goma que le hizo perder un tiempo valioso y Vasiluk lo aprovechó para dar el golpe definitivo.
“Me pusieron una cama con clavos. Fue uno que la tuvo que ver de afuera. No importa, la peleamos hasta el final”, disparó Debasa en medio del fastidio por un supuesto atentado del que desligó a Vasiluk, el dueño de una “Manzana” que tuvo una de las definiciones más apasionantes.