Juan Martín Del Potro no detiene su racha positiva y se convirtió en el tenista argentino "todo terreno" más exitoso de la temporada. Ayer consiguió en Los Ángeles su tercer título consecutivo de la ATP y el primero en cancha dura, ya que los anteriores habían sido sobre polvo de ladrillo.
El tandilense venció en la final al local Andy Roddick, por 6-1 y 7-6 (7-2). Este certamen repartió 475.000 de dólares en premios.
Luego de este logro, Del Potro mejorará su actual puesto 24 del ranking mundial. El argentino viene de tres finales consecutivas ganadas, después de las conquistas de Stuttgart y Kitzbühel.
También sumó su décimo cuarta victoria consecutiva y consiguió que un argentino vuelva a ganar en una cancha de cemento en Estados Unidos luego de 31 años (ver aparte). Sobre esta superficie el último triunfo de un argentino fue el de Guillermo Cañas, en Toronto en el 2002.
Desde mañana, el argentino, que el 23 de septiembre cumplirá 20 años, buscará prolongar su momento ganador en el Abierto de Washington, también celebrado sobre canchas duras con 508 mil dólares en premios. Su rival de la primera rueda en la capital estadounidense será el local Jesse Levine (20 años y 105to. del ranking), que fue invitado por la organización.
Con el Abierto de los Estados Unidos (comienza el próximo lunes 25) entre las cejas, Del Potro desplegó un rendimiento sin fisuras.
El tandilense dio una clase de tenis ante Roddick durante el primer set, que ganó con una claridad impensada por la jerarquía de su rival. En apenas 13 minutos, el argentino quebró dos veces el servicio del estadounidense (su principal arma) y mantuvo el suyo, con lo que tomó una distancia de 4-0.
La superioridad demostrada generó una crisis de nervios en el local, que destruyó una de sus raquetas. En ese pasaje, Del Potro ganó la totalidad de los puntos con su primer servicio y el 75 por ciento de los jugados con su segundo saque ante un adversario que no superó el 50 % en ese rubro.
Roddick consiguió estabilizarse emocionalmente en el segundo set y el juego se emparejó, pero las molestias en su espalda y la derecha contundente del argentino fueron determinantes para el desenlace final.