BUDAPEST (DPA) - El final parecía cantado. Felipe Massa se paseaba rumbo a la victoria y al liderazgo del Mundial de Fórmula 1 pero el humo blanco de su motor Ferrari anticipó el abandono. Heikki Kovalainen aprovechó el infortunio para ganar en el Gran Premio de Hungría por primera vez en la categoría.
El finlandés de Mclaren-Mercedes Benz se hizo con la punta de la prueba a tres vueltas del final y desató la euforia en su box, que vio cómo el piloto que esta semana fue confirmado para 2009 lograba su sueño y, como valor añadido, su otro volante, el británico Lewis Hamilton no perdía la punta del Mundial pese a sufrir un pinchazo en un neumático y finalizar quinto.
"Bienvenido al mundo de las victorias, la primera de muchas", aseguró el jefe de la escudería angloalemana Ron Dennis a Kovalainen al encontrarlo en boxes después del triunfo.
También el alemán Timo Glock escribió una página importante en su historial como piloto al finalizar con su Toyota en la segunda ubicación y subir por primera vez en su campaña al podio.
Tercero fue el finlandés Kimi Raikkonen, quien gracias a los seis puntos conseguidos superó en el Mundial a Massa y ahora se ubica en la segunda colocación, a cinco de Hamilton, quien suma 62.
En una buena actuación, el español Fernando Alonso llevó a su Renault a ser cuarto, igualando así su mejor posición del año, lograda en la apertura de la temporada en Australia.
La prueba se disputó bajo un intenso calor, una contingencia a la que se adaptó bien fundamentalmente el Ferrari de Felipe Massa.
La salida de Massa quedará como uno de los grandes momentos del certamen, al superar primero a Kovalainen en la recta y luego jugarse la vida en la primera curva ante Hamilton, a quien dejó atrás por afuera.
Massa fue aumentando su ventaja sobre el inglés, a quien llegó a tener a cuatro segundos al ingresar a boxes por primera vez. La prueba se desarrollaba en las vías previstas cuando el neumático de Hamilton se rompió en la vuelta 37.
La demora en llegar a boxes significó que el inglés regresara décimo a la pista.
Para proteger su ventaja sobre Kovalainen ante un eventual auto de seguridad, Massa ingresó un poco antes de lo previsto a boxes para repostar.
Mientras, Hamilton avanzaba puestos y Raikkonen metía una vuelta bárbara para sacarse de encima a Alonso y subir al cuarto puesto.
A falta de 15 vueltas para el final, las únicas dudas pasaban por saber si el finés iba a poder dar caza y superar a Glock para ser tercero y si Hamilton podría hacer lo propio con su
gran rival Alonso para subir a la quinta posición.
Allí estaba el foco de atención cuando, a sólo tres giros del final, el humo blanco que salía de la parte trasera del F2008 de Massa dejó tirado con cara de consternación al brasileño, que en un segundo pasó de ser líder del Mundial a bajar a la tercera ubicación, a 8 puntos de Hamilton.
Los 13 kilómetros restantes, que debían ser un paseo marcial de la Ferrari número dos, terminaron siendo los más felices de la vida deportiva de Kovalainen, quien ya puede contar que sabe lo que se siente subir al escalón más deseado del podio de la Fórmula 1.
Kovalainen entró en la historia de la máxima categoría, con su inesperada victoria en Hungaroring.
Massa no lo puede creer. Explotó el motor de su Ferrari a poco del final.