Carlos Sastre se transformó en el séptimo ciclista español y el tercero consecutivo en ganar el Tour de France, que concluyó ayer en París con una victoria al sprint en los Campos Elíseos del belga Gert Steegmans.
El ciclista de 33 años logró así el mayor triunfo de su carrera con 58 segundos de ventaja sobre el australiano Cadel Evans, que repite el segundo puesto de 2007, y 1:13 minutos sobre el sorprendente austriaco Bernhard Kohl, rey de la clasificación de la montaña.
El ganador perdió 7 segundos con sus rivales, que poco importaron. "Gracias, he hecho realidad mi sueño", dijo conciso Sastre después de escuchar el himno español en la soleada tarde parisina en lo más alto del podio. El Arco del Triunfo estaba al fondo y Evans y Kohl a sus costados. Delante de él, sus dos hijos, que dejaron mostrar su felicidad más que su padre.
Un trámite resulto para Carlos el último tramo, donde Oscar Freire se convirtió en el primer español en lograr el maillot verde de la regularidad. Freire fue tercero en el sprint por detrás de Steegmans y del alemán Gerald Ciolek en una etapa que en sus primeros kilómetros sirvió para homenajear a Sastre y hacer las tradicionales fotos con los ganadores de todas las clasificaciones.
Carlos VII se suma a Federico Martín Bahamontes, Luis Ocaña, Pedro Delgado, Miguel Indurain, Oscar Pereiro y Alberto Contador como campeón español. El país suma 11 conquistas y sólo es superado por corredores Francia y Bélgica.
Con esta victoria, España agrandó su racha de éxitos que incluye el Giro d'Italia, la Eurocopa de fútbol y los torneos de tenis de Roland Garros y Wimbledon, de la mano de Rafael Nadal.
Sastre construyó su triunfo arropado por el poderoso equipo CSC, pero sobre todo por su actuación personal el miércoles en la ascensión al mítico Alpe d'Huez. Se escapó en solitario desde las faldas del puerto, ganó la etapa y se vistió de amarillo, maillot que defendió el sábado sin problemas en la contrarreloj final.
Se cumple con Sastre la tradición de que quien sale de Alpe d'Huez de líder gana en París. "Toda mi vida he trabajado por el maillot amarillo. Es difícil darse cuenta de que ahora lo tengo. He soñado con esto desde que era niño", dijo el español.
La nota negra en el último parcial fue el cuarto doping en la competencia. El kazajo Dmitri Fofonov dio positivo de heptaminol y se sumó a la lamentable lista de los españoles Manuel Beltrán y Moisés Dueñas y la estrella italiana Riccardo Riccò, ganador de dos etapas hasta que se le detectó EPO de tercera generación, lo cual provocó que su equipo, Saunier Duval, decidiera abandonar.
El Tour, con más de 400 controles antidoping realizados por la Agencia Antidoping Francesa, ha iniciado el camino de la recuperación de la credibilidad.
El triunfo de "míster limpio" Sastre ayuda. Y todo ello, alejado de la Unión Ciclista Internacional (UCI), que ha visto cómo los organizadores de las carreras pueden sobrevivir sin el ente mundial.
Sastre, sin embargo, cree que la lucha contra el doping está lejos de acabar. "En el ciclismo como en la sociedad ha habido, hay y habrá gente que quiera engañar. Aún así, siempre habrá gente que se sacrifique cada día por cumplir sus sueños, metas y retos", cerró el flamante campeón.