El hockey sobre césped femenino es una de las disciplinas que despierta mayores expectativas de cara a los Juegos Olímpicos de Beijing. En un proceso similar al del básquet, una generación talentosa llevó a este deporte a los primeros planos durante los últimos diez años. Más allá de que aún es un deporte amateur, la gran diferencia es que a Las Leonas les falta la medalla de oro.
En Sydney 2000 el equipo conducido por Sergio Vigil acarició el primer puesto, pero debió conformarse con la medalla de plata. En Atenas 2004 las chicas también subieron al podio, aunque esta vez en el tercer escalón. "A Beijing vamos con el mejor equipo en comparación con los dos Juegos Olímpicos anteriores y con el sueño de ganar el único título que nos falta", dijo en una charla con "Río Negro" Luciana Aymar, "Lucha", mejor jugadora del mundo en varias ocasiones y una de las históricas que dejará el equipo luego de Beijing.
-¿Cómo vivís la previa a los Juegos Olímpicos?
-Disfrutando lo previo porque después la competencia pasa muy rápido. El momento de estar en la Villa Olímpica ya va a llegar. No quiero saltear ningún paso. Estamos en el camino previo, entrenando y afinando los últimos detalles de la parte física y técnica.
-¿Qué diferencias hay en relación a Sydney 2000 y Atenas 2004?
-En Sydney tenía apenas 20 años y estaba excitada porque era mi primer Juego. En la
Villa estaba más expectante. Me deslumbraba todo el entorno. Atenas me lo tomé de otra manera. Tenía más experiencia. Salimos terceras pero estábamos para jugar la final. Pero bueno, hoy el hockey no es el mismo de antes. La mayoría de los equipos son profesionales y es todo mucho más parejo. Antes Argentina y Holanda sacaban mucha diferencia. Hoy ya no.
-¿En qué nivel está el seleccionado comparado con Sydney y Atenas?
-Creo que es el mejor de los tres, al que más miedo le tienen. La mayoría de los equipos no quieren jugar contra nosotras. En Sydney fuimos un equipo que se destapó. En Atenas ya hacía un año que no estábamos en nuestro mejor nivel, no llegamos bien anímicamente y físicamente estábamos cansadas. Ahora estamos bárbaro.
-¿Los principales rivales?
-Holanda, para mí el mejor del mundo. Australia también es candidata. Seguramente China va a estar entre las mejores. Y Alemania, dependiendo de cómo se levanten, porque es un equipo muy irregular.
-¿Será tu último Juego Olímpico?
-Sí, seguramente. Ya ganamos plata y bronce, nos falta el oro. Es duro. Los demás equipos se están entrenando de la misma manera que nosotros. Es un torneo muy largo. Y va a haber una temperatura de 40°C. Si emo
cionalmente no estamos bien podremos dar lo mejor, pero no va a funcionar.
-¿La concentración en Tandil previo a conquistar la Champions Trophy en mayo provocó un cambio en el equipo?
-Ayudó muchísimo. Eran todas actividades grupales. Se iban poniendo muchos desafíos que teníamos que superarlos como grupo. Ahí marcás bien los roles de cada una dentro del equipo. Nos conocimos más entre nosotras.
-¿Qué va a pasar cuando se retire la generación de las más grandes?
-Argentina ya pasó por un momento de transición que fue hace dos años cuando se fueron algunas de las chicas más grandes.
-Pero en ese entonces se mantuvo la base: Aicega, García, vos...
-Sí, pero igual no creo que se sufra. No es que nos vamos a ir las diez juntas el mismo año porque eso sí sería perjudicial. Igual, las más chicas tomaron un protagonismo tan grande en los últimos años que hace que seamos el equipo ideal. Tenemos experiencia y sangre renovadora.
-¿Cuesta tomar la decisión de cerrar una etapa en el seleccionado?
-Sí, creo que es un equipo en el que a las jugadoras les cuesta tomar ese tipo de decisiones. Por algo somos el seleccionado más grandes en promedio de edad. Muchas estábamos antes de que el hockey fuera un deporte popular, cuando no nos conocía nadie. Ahora es difícil dejar la camiseta argentina. También cuesta dejar el grupo porque estamos juntas hace diez años. Aparte somos amigas.
-¿Hablás esto con chicas que ya no están en el seleccionado?
-Sí. Hace dos años me tocó que Ayelén (Stepnik), mi mejor amiga, no jugara más. Desde chiquitas viajábamos y competíamos juntas. Fue duro asumir que no iba a estar más conmigo. Pero el entrenador tomó la decisión y no hubo vuelta atrás. Le costó mucho quedar afuera.
-Ahora que pasó el tiempo, ¿qué te dice?
-Que disfrute los últimos años porque después se sufre. Me dice que controle mis impulsos. Soy muy temperamental dentro de la cancha. Soy de enojarme. Ése es mi carácter.