La resurrección en Stuttgart de Juan Martín del Potro tras un comienzo de temporada atroz animó el alicaído tenis argentino, que apenas suma dos torneos ganados en lo que va de temporada.
El jugador de Tandil logró su primer título profesional al imponerse en la final a Richard Gasquet, 15º jugador mundial, por 6-4 y 7-5.
"Se me cumplió uno de mis sueños en el tenis", dijo Del Potro, de 19 años y 1,95 centímetros de altura. "Después de un arranque de año muy feo, muy complicado, esto me viene muy bien para el ánimo. Me hace saber que puedo ganarle a cualquiera".
Para llegar a este momento, "Delpo" sufrió mucho. Una fractura en una vértebra de la espalda lo torturó a principios de temporada, donde tuvo que retirarse lesionado en el Abierto de Australia. Los tres meses de fisioterapeuta, kinesiólogo, elongación y gimnasio se convirtieron en una durísima prueba no sólo física, sino también mental para el él, que apenas llegó al circuito profesional el año pasado.
"Fueron los tres meses más duros de mi carrera", confesó el argentino en abril, poco después de regresar al circuito. "Ahora estoy 10 puntos, físicamente bárbaro", aseguró ayer tras su victoria ante el francés Gasquet.
Con el cheque de 118.000 euros y un Mercedes Benz deportivo de aquellos, Del Potro festejó el segundo título argentino de la temporada. Una pobre cosecha que sólo comparte con David Nalbandian, campeón en ATP de Buenos Aires.
A esta altura de, 2007, Guillermo Cañas, Juan Chela y Juan Mónaco se habían llevado cuatro torneos para Argentina, cuyo equipo ganó además la Copa del Mundo por equipos de Düsseldorf, torneo preparatorio previo a Roland Garros.
El presente albiceleste se llama Nalbandian, de 26 años y séptimo jugador mundial, pero la irregularidad de su juego, capaz de hacer semifinales en Queen's y perder en primera ronda de Wimbledon apenas unos días después, despierta dudas.
Juan Mónaco, dos años menor y vigésimo en el ranking, espera aún lograr un título este año, después de su explosión en el 2007 con victorias en Buenos Aires, Poertschach y Kitzbuhel.
Y ahí nomás aparece Del Potro, que en un solo día aprendió cómo se juega y cómo se gana una final. "No voy a relajarme, a pensar que estoy hecho. Me quedan muchos años en el circuito", largó . "Ganar un Grand Slam, ser número uno, son sólo sueños", cerró.
Y en el medio de esta conquista la esperanza de volver al equipo de la Copa Davis. Alberto "Luli" Mancini, seguramente ya tomó nota.