Roger Federer no se conforma con un solo trofeo de cada torneo y ayer sumó el quinto en el Abierto de tenis de Halle, en el césped alemán. El número uno del mundo se impuso al local Philipp Kohlschreiber, por 6-3 y 6-4, en un partido en el que se mostró mucho más dominante que en sus anteriores victorias.
El suizo no le otorgó ninguna oportunidad a su rival y en apenas una hora y 13 minutos se deshizo del alemán, para sellar su victoria 59 consecutiva sobre esta superficie.
"Creo que es una buena señal ganar aquí y espero seguir la misma trayectoria que en el pasado, cuando vencí aquí y después en Wimbledon", dijo "el rey de la hierba" al término del partido. "Voy con gran esperanza", a Londres, agregó.
Kohlschreiber jugaba ayer su primera final en Halle gracias a la victoria que obtuvo en semifinales por 6-3 y 7-5 contra el estadounidense James Blake.
"Roger juega muy duro. Empecé bien pero él era demasiado fuerte", señaló el alemán tras su derrota.