Turquía se metió ayer en cuartos de final a puro corazón, con una ráfaga de tres goles en el último cuarto de hora, que dieron vuelta la doble ventaja de República Checa para sellar un 3-2 que quedará en la historia, y que tuvo a Nihat Kahveci como gran protagonista.
Los checos se pusieron en ventaja con tantos de Jan Koller y Jeroslav Plasil, pero demostraron una fragilidad anímica que se paga caro ante un equipo como el turco, que impacta por la garra y la pasión que exhiben sobre el campo de juego.
Faltaba media hora, y por un momento pareció historia liquidada, pero no. A los 30, el equipo de Fatih Terim resucitó de la mano de Turan, quien tras un centro atrás de Hamit Altintop le dio al balón de primera y de derecha
para el descuento. A los 42, un centro desde la derecha llovió sobre el área de Cech, que salió a descolgarlo. Pero esta vez la pelota se le resbaló y salió despedida a los pies de Nihat, que estaba a su lado. Toque al arco vacío y 2-2.
Se venían los penales, pero Nihat tenía otros planes. Los defensores checos le dieron espacio y tiempo para que ajusticiara a Cech con un balazo que se metió en el ángulo.
Por si faltaba algo, todavía hubo más drama: el arquero Volkan Demirel vio la tarjeta roja por empujar a Koller y su lugar en el arco debió ser ocupado durante el descuento por un jugador de campo, Tunca Sanli se puso el buzo de arquero. Pero los checos estaban demasiado golpeados y ya nada cambió el curso de una historia que ubica a Turquía en los cuartos de final, donde se las verá con Croacia.
· Despedida suiza. Al mismo tiempo y con nada ya en juego, Suiza se despidió de su Eurocopa con un triunfo de 2-0 sobre Portugal, que ya estaba clasificada y que jugó con casi todos suplentes. Dos veces Hakan Yakin le dio la victoria a la selección helvética.