“Es el sueño cumplido”.
Ariel Ortega por fin pudo salir campeón desde su vuelta a River. El Burrito ya conocía el sabor de las mieles de la consagración con los “millonarios”, pero luego llegó su poco feliz paso por el Fenerbahce de Turquía y el regreso al país y la vuelta a un título, pero con Newell’s. Hasta que finalmente Ortega recaló nuevamente en River para lograr un título en su segundo paso por el club.
“Por suerte se nos dio. Haber jugado más o menos lo importante es salir campeón y darle el título a esta gente”, sostuvo. El jujeño tuvo muchas idas y vueltas en el campeonato, ya sea por problemas personales o por diferencias con el cuerpo técnico comandado por Diego Simeone, pero todo terminó con una sonrisa y quiere terminar su carrera en River.
El Burrito arrancó el torneo Clausura como titular (vs. Gimnasia Jujuy 2-0) y se mantuvo así hasta la tercera fecha. En la cuarta, ante San Martín de San Juan, ingresó a los seis minutos de la segunda parte, por Diego Buonanotte. Volvió a ser titular frente a Estudiantes y Racing (ambos empates en cero) . Ante la Academia se lesionó . Reapareció en la fecha 11 (vs Rosario 1-2) ingresando en el segundo tiempo. Recién volvió a la titularidad dos semanas después, ante Boca (0-1). Suplente ante Gimnasia LP, Independiente y Huracán, volvió a estar entre los 11 frente a Colón (2-1) y ayer, ante Olimpo, en el día de la consagración.
“River fue un justo campeón, se jugó bien todo el campeonato y ganamos todos los partidos que pudimos”, dijo Ortega, quien, al ser consultado sobre su continuidad en el club respondió: “Ojalá, Dios quiera”.
Un ‘enano’gigante
Fue la gran revelación del River campeón Diego Buonanotte. Ayer sus dos goles le dieron el triunfo y el título al “millonario”. El delantero expresó que “rescata la actitud y humildad” que tuvo su equipo para recuperarse de malos resultados.
“Rescato la actitud, la humildad y que supimos salir de malas. Me adapté a lo que me pidió Simeone y con sacrificio se logran cosas importantes”, declaró el juvenil, quien marcó los dos goles fundamentales en la victoria 2-1 ante Olimpo.
MIX
LOCURA RIVERPLATENSE EN NEUQUÉN
Cuatro años con el grito contenido fue demasiado tiempo... hasta ayer, cuando Buonanotte marcó el segundo gol y el “Pincha” no pudo con Colón. Entonces sí: “millonarios” neuquinos, a festejar.
“MILLONARIOS” SUELTOS EN ROCA
Apenas el árbitro Héctor Baldassi dio por terminado el partido en La Plata, decretando el empate de Estudiantes, todo River salió a festejar por las calles roquenses.
Los 33 y una dedicatoria
River necesitó salir campeón para que desde las tribunas bajara “Cholo, cholooo”, el primer apoyo explícito contundente de la hinchada “millonaria” hacia el entrenador Diego Simeone. Los 50 mil espectadores que llegaron hasta el Monumental pudieron explotar de euforia, no solo por la obtención del 33 campeonato local sino también acordándose de la eliminación de Boca a manos del Fluminense en la Copa Libertadores.
Pero no solo los hinchas se acordaron de Boca, porque cómo se explica la camiseta con el número 33 que cada jugador llevó al campo de juego para dar la vuelta olímpica. Es que alrededor de ese número estaba escrita la leyenda: “La alegría nao tem fin”, en el idioma del brasileño Fluminense.
Es que hace tres semanas River se hundía en la oscuridad con aquella eliminación de la Copa ante San Lorenzo que paralizó a un Monumental distinto, lúgubre. Cuando el uruguayo Josemir Lujambio igualó el partido a 25 minutos del final, hubo, entre silencios, algún insulto masticado por el temor a pasar otra vez por una situación indeseable. Pero volvió Diego Buonanotte con una jugada lucida de Ariel Ortega a poner a River arriba y terminar con la victoria en la mano.
Quedaban cuatro minutos más antes de dar rienda suelta a los festejos, porque en La Plata quedaba ese tiempo para que termine el partido de Estudiantes, que necesitaba de una victoria ante Colón, pero no lograba y no lo logró.
La mayoría saltó del vestuario con la camiseta 33, apenas Sebastián Abreu se quedó en el campo de juego escuchando la radio con unos auriculares que le prestaron. Luego llegó la vuelta de los jugadores, con Radamel Falcao envuelto en la bandera colombiana y finalmente fue el turno del Cholo, acompañado por sus hijos. Fue ahí, cuando el Cholo, después de medio centenar de partidos como entrenador de River en el Clausura, amistosos, de verano y de Copa, recibió su primera ovación plena: “¡Cholo...Cholooo!”