SUNCHALES (Joaquín Peralta-enviado especial).- Fue una venganza, pero amarga. Cipolletti se desquitó con Unión de Sunchales al que le ganó como visitante 3-2 después de estar dos goles abajo, pero lo que debió ser un festejo por un gran resultado, quedó opacado por la victoria y clasificación de Atlético Tucumán a la gran final del Argentino A.
Fue sin dudas el triunfo más triste para un Cipolletti que una vez más masticó la bronca de aquel fatídico 5-4 frente al "Bicho Verde" en La Visera.
Aquellos tres puntos que se le escaparon increíblemente sentenciaron la suerte de un equipo que demostró estar a la altura de este cuadrangular final y se tuvo que bajar de la pelea habiendo ganado dos de los tres partidos que jugó como visitante. Es más, lo del albinegro en esta temporada fue record, ya que ganó 9 de los 19 partidos que disputó.
"Cipo" llegó a tierras santafesinas con la esperanza de que Talleres de Perico metiera un batacazo en Tucumán y con la necesidad de imponerse a Unión para llegar con chances a la última fecha. Con la cabeza "dividida", saltó a la cancha ante un estadio prácticamente desierto. Desde las tribunas se escuchaban los diálogos de los jugadores y el aliento permanente de unos 30 hinchas albinegros.
Luego de 15 minutos de buen juego, el ímpetu inicial fue cediendo. Unión fue recuperando ánimo, más que juego, y con eso le alcanzó para generar dudas en el equipo de Perilli.
García puso el 1-0 y unos minutos después Atlético también ganaba. Para completar el panorama negro, al minuto del segundo tiempo Pacini clavó el 2-0 de cabeza y parecía el fin. Pero allí Cipolletti recuperó la actitud y fue por la hazaña. Daniel Carou de penal (luego de una inexistente falta a Dómini) y Bruno Weisser por duplicado dieron vuelta el resultado, pero no la historia. Es que Talleres no pudo con Atlético, que venció 2-0 y se quedó con el pase a la gran final.
Los muchachos de Perilli otra vez mostraron un enorme coraje, pero se quedaron a un paso del gran objetivo. Por eso la bronca.