53 segundos iban del segundo tiempo cuando en las cabezas de miles de "Xeneizes" comenzó a girar esta duda: "¿No será un precio demasiado caro el que pagó Boca por el sueño continental?". Todo hacía pensar que sí, hasta que surgió Mauro Boselli, se vistió de Martín Palermo, clavó su primer triplete en primera división y alimentó las chances de hazaña en el Clausura.

De esa forma, con un Boselli en llamas en apenas 22 minutos, le dio vuelta el partido a Arsenal y se quedó con un triunfo (3-1) que lo mantiene a cuatro unidades de River, el único líder, pero que además le permitió quedar a dos del escolta Estudiantes.

El primer tiempo fue para el olvido, porque en La Bombonera faltaron ideas y porque Boca entró demasiado dormido. Igual, las más claras fueron del local, pero Juan Pablo Pompei le anuló un gol a Forlín y sobre los 23 Boselli perdió en un mano a mano con Cuenca.

Los murmullos bajaron apenas el epílogo abrió los ojos, porque apenas iban 53 minutos cuando Pellerano metió un centro en el corazón del área y Leguizamón, en total soledad, cabeceó del pique al suelo y dejó sin chances a Migliore.

Pero este Boca versión "B" lejos estuvo de caerse. Con coraje y el empuje de Álvaro González y Neri Cardozo jugó todo el segundo tiempo en terreno ajeno. Así, a los 13 Cardozo le metió un pase bárbaro a Boselli y éste definió mejor con la zurda. El vendaval "Xeneize" no se detuvo y dos minutos más tarde lo tuvo Ricardo Noir.

Boca quería el triunfo y Arsenal resignó cualquier pretensión de ganar el juego. Sobre los 27 el reemplazante del gran Palermo lo tuvo de cabeza, pero Cuenca estuvo perfecto, y a la salida de esa jugada Ledesma la tiró a las nubes.

Entonces surgió otra vez Boselli, en una contra que, a los 29, definió de afuera del área al estilo "riquelmiano" y seis minutos más tarde, ya con los de Sarandí resignados, el rubio atacante selló su tarde-noche de gloria con un tercer gol de corte acrobático, una suerte de "chilena" que puso el 3-1 definitivo. De esta forma, mantuvo el sueño en ambos frentes.