Nicolás Cáceres soñaba con hacer un podio en el autódromo roquense, aunque nunca se imaginó que iba a ganar las dos pruebas que disputó ayer el Supercar Pampeano por la tercera fecha de su certamen anual.
El centenariense manejó como nunca y aprovechó al máximo el impecable rendimiento de su Chevrolet .
Cáceres se convirtió en el cuarto piloto que consigue doblete en la poderosa categoría que entregó dos muy buenos espectáculos, sobre todo en la segunda prueba, pero que no tiene mucho poder de convocatoria en esta región.
Las dos pruebas fueron diferentes. En la primera, el dueño de la "pole" Claudio Brunengo lo tuvo controlado a Cáceres hasta faltando una vuelta. El auto del líder se paró en la recta más larga y el centenariense heredó la punta.
Cáceres estaba cumplido, ni se imaginaba que todavía quedaba algo más y con él como gran protagonista.
En pista, lo escoltaron Walter Pérez, quien en la técnica fue excluido por problemas en el carburador del Chevrolet que motoriza Ricardo Kheler, y Sergio Diez.
En la segunda, con el sesenta por ciento de la grilla invertida de la clasificación de la primera prueba, Cáceres movió en el décimo lugar.
Sin dudas, largar en movimiento y en fila india ayudó a evitar los golpes en la primera curva. Cáceres fue avanzando en la clasificación hasta que llegó al cuarto lugar.
Promediaba la final cuando a la salida de la primera curva se armó un revuelo bárbaro, después que se tocaran Fernando Laiglecia y Raúl Del Río, quien terminó abandonando.
Cómo lo aprovechó Cáceres,
quien saltó a la punta unos metros más adelante y se manejó con autoridad hasta el final de una prueba en la que abundaron los toques y sobrepasos.
En la segunda prueba se lució Sandro Alessi, de gran recuperación, pero un trompo en el cierre lo relegó.