El Zaragoza consumó ayer su descenso a la Segunda División al caer por 3-2 en el campo del Mallorca en la última jornada de la Liga española. Ahora comienza un tiempo de incertidumbres para el club, los jugadores y para la propia afición, que lloran un fracaso que nadie se explica.
El Zaragoza necesitaba ganar en Mallorca, pero fracasó y consumó un descenso con el que nadie contaba en septiembre. El club realizó una gran inversión y comenzó la temporada jugando la Copa UEFA y aspirando a hacer cosas importantes en la Liga. Pero cayó al infierno de Segunda División.
El Zaragoza cuenta con jugadores millonarios y con sueldos que no puede mantener en la nueva categoría. Pero, además, sucede que muchos de esos futbolistas están devaluados tras la mala temporada, por lo que tendrá que venderlos muy por debajo de la cotización que tenían. Es lo que sucede, por ejemplo, con los argentinos Diego Milito, Pablo Aimar, Roberto Ayala y hasta Andrés D'Alessandro, que está a préstamo en San Lorenzo, pero aún pertenece al Zaragoza.