Andrés Romero apretó fuerte el puño y, con algo de timidez, levantó los ojos al cielo. El "Pigu" consiguió su victoria más importante y su primer triunfo en el circuito estadounidense de golf, el más exigente del mundo, al llevarse el título en el Abierto de Nueva Orleans.

Los nervios hicieron de las suyas, aunque su rostro siempre se mostrara distendido. Es que Romero debió esperar dos horas para festejar, pero el australiano Peter Lonard no logró quebrarle los 13 bajo el par que consiguió en la suma de las cuatro rondas. Entonces el vencedor el año pasado en Hamburgo, por el tour Europeo y tercero en el Abierto Británico, escalará varios puestos en el ranking.

Luego del éxito de Ángel Cabrera en el US Open, los criollos parecen dispuestos a sobresalir en los EE. UU.

Las cosas no comenzaron bien para Romero, por el abultado 73 que anotó el jueves. No mucho tiempo después, atrapó bien fuerte la gloria con las dos manos. Y un cheque de 1.116.000 dólares, gracias a una enorme arremetida.

Como el sábado no pudo concluir su vuelta por falta de luz, ayer llegó temprano al club para jugar el par 3 del 17 y el par 5 del 18. Figuraba a sólo un golpe de la punta, atacó y se despachó con dos birdies: 65, entonces, para la tercera vuelta. Ahí se dio cuenta de que podía dar el gran golpe .

Y en este cierre del TPC de Lousiana, "Pigu" se soltó como nunca. Hizo birdie en el par 5 del 2 y lo más importante es que siempre mantuvo la pelota en juego. Lo frenó un poco el bogey en el par 4 del 6, pero de ahí hasta el final no cometió errores.

Respiró hondo, firmó una tarjeta de 68 golpes para su última vuelta y derechito a esperar al club house. Menos 13 para el total y, con varios golfistas todavía en el campo, nadie le quitaba el privilegio de figurar en lo más alto del tablero. Así le dio la derecha al gran Tiger Woods, quien alguna vez dijo que "jugaba fantástico".