El inglés Lewis Hamilton ganó ayer con su McLaren-Mercedes Benz un enloquecido Gran Premio de Australia, en el que sólo siete pilotos llegaron al final.
Hamilton dominó la prueba sin problemas y ratificó su condición de candidato al título.
En una prueba por demás accidentada, se registraron 15 abandonos de los 22 que largaron después de tres neutralizaciones que motivaron el ingreso del auto de seguridad.
Las nuevas reglamentaciones, fundamentalmente el retiro del control de tracción, motivó numerosos inconvenientes a los participantes, en muchos casos con despistes espectaculares como el que protagonizó el alemán Timo Glock, quien destrozó su Toyota, aunque sin consecuencias personales.
Ferrari rescató un punto en un día para el olvido, gracias al octavo puesto de Kimi Raikkonen después de la desclasificación de Rubens Barrichello.
Melbourne fue una locura del principio al fin, con 15 abandonos y 3 neutralizaciones con el auto de seguridad, convirtieron la prueba en un prometedor aperitivo del Mundial.
La prueba fue un verdadero fracaso para Ferrari, que padeció los abandonos del brasileño Felipe Massa y el finés Kimi Raikkonen, quien igual alcanzó a salvar un punto.
Demasiado poco para la escudería italiana, que irá por la revancha en Sepang.