Boca, en temprana desventaja y reducido a diez jugadores antes de ir a los vestuarios, fue superior a Independiente, pero no le alcanzó para quebrar el 1-1, aunque sí para llevarse el reconocimiento de su gente.
El "Xeneize" había arrancado mejor mejor, pero muy rápido pagó por sus desajustes defensivos. Paletta perdió frente a Denis, quien jugó con Montenegro, este abrió para Machín, que llegó al área sin marcas y la cruzó por abajo hacia al medio forzando el gol en contra de Cáceres en su intento por cerrar.
Siguieron algunos minutos de desconcierto en el local y el "Rojo" tuvo un par de chances para aumentar, ante un silencio casi total en la "Bombonera".
Sin embargo, pasados los 20, el visitante cedió otra vez la pelota a su rival y Boca se adelantó en el campo. Esa tendencia no varió en el resto de la etapa, aunque el local nunca encontró la claridad suficiente.
A los 43, panorama oscuro para los de Ischia. Paletta barrió con demasiada vehemencia ante Grisales y Baldassi determinó su inmediata expulsión.
Boca arrancó la parte final decidido a jugar su suerte, copó la mitad de la cancha, se situó en campo rival y con el crecimiento de Riquelme comenzó a tener mejores posibilidades. Dátolo exigió a Assmann, quien después le tapó a Boselli y dio las primeras señales para ser la figura de la cancha.
El empate se veía venir y llegó a los 8. Golazo de JR luego de una perfecta pared con el reemplazante de Palermo, que no tuvo un buen partido pero fue clave en esta maniobra.
Independiente pareció despertarse y exigió dos veces a Caranta, con un cabezazo de Denis y un remate de Montenegro, pero el juego volvió al
curso anterior, con el "Rojo" desconcertado e incapaz de hacer pesar su superioridad numérica.
El desgate de energía se hizo evidente en Boca y sólo eso le impidió definir un clásico que tuvo a su merced, por mérito propio y por la flaqueza de su oponente, que tuvo la gran chance de ganar en la Bombonera después de 12 años, pero no tuvo actitud.