Quizás sea la falta de lógica lo que hace que el fútbol sea imprevisible. Que exista la posibilidad de que un equipo que hace 11 fechas que no gana, ponga en aprietos a otro que está invicto en casa desde el comienzo mismo de la competencia, hace a este juego inesperado, donde todo puede pasar.
A Maronese le faltó muy poco para dejar sin nada a Deportivo Roca en el 'Luis Maiolino' y dejar a todos boquiabiertos. El once neuquino le jugó de igual a igual al líder del Grupo F y estuvo a 15 minutos del gran golpe.
La diferencia en la tabla entre uno y otro equipo, en ningún momento quedó expuesta en el campo. El 'Dino' planteó de entrada su propuesta, se abroqueló bien atrás, pero sin dejar de lado la dinámica arriba. Roca, con la obligación de ser protagonista, no tuvo con qué hacerla valer en la primera media hora de juego.
Es ese lapso, David Napolitano intentó reemplazar en el armado a su hermano Diego (suspendido), pero fracasó casi siempre, y tanto Gustavo Guevara como Darío Escudero andaban demasiado erráticos con el balón. Por ende, Roca se quedaba sin generadores y todo lo hacía demasiado previsible.
El 'Dino' en tanto, hacía su negocio. La consigna era no dejar jugar a Roca y utilizaba armas leales y otras no tanto. Apurar la salida por abajo que intentaba el 'Naranja', fue uno de sus aciertos. Las faltas sistemáticas (aunque no violentas) de sus volantes fue una ayuda táctico, que sirvió hasta que casi medio equipo vio la tarjeta amarilla.
A falta de un par de minutos para el descanso, sólo dos chances, una por bando, era el escaso resumen de posibilidades: un cabezazo de Guevara (se fue desviado) y un sorpresivo remate de Juan Martínez, que César Velázquez sacó con esfuerzo por arriba.
Pero antes del final de la etapa inicial, Maronese se animó. Juan Martínez, otra vez, estuvo a punto de marcar, pero el línea lo invalidó por posición adelantada. Casi de inmediato, Hugo Wederlich, de buen partido, hizo trabajar otra vez al golero paraguayo, que estiró toda su humanidad sobre su palo izquierdo para impedir la caída.
Roca dejaba una pálida imagen antes del descanso, ante un inquietante murmullo que bajaba desde las tribunas. Claro que todo se transformó en fastidio cuando en la reanudación, Maronese continuó siendo más y lo ratificó a los 8'. Tras un córner desde la izquierda, por el segundo palo apareció Gabriel Lagarone y desató el delirio.
Saldico se movió rápido y mandó a la cancha a Federico Liguori, que le puso pimienta al equipo de tres cuartos hacia arriba. Con más voluntad que fútbol, Roca comenzó a acorralar a Maronese. David se adelantó y empezó a moverse en terreno conocido, para asociarse con Liguori.
Pero la gestación del empate llegó desde el fondo. A los 30' Cristian Sarsa escaló por el andarivel izquierdo, metió un slalom hacia el centro, dejó tres hombres en el camino y metió el centro. Por el segundo palo, como una tromba, entró Guevara que con un frentazo inatajable venció a Nelson Churraín.
El 'Depo' se fue a la carga en busca de los tres puntos, y casi lo logra a través de Pablo Bocco primero y con Napolitano después. Pero Maro casi mete el golpe de nocaut, si no fuera porque Barros no supo aprovechar una desinteligencia entre Juan Sosa y Carlos Arancibia sobre el final.
No hubiera sido justo el desnivel. Maronese demostró estar con vida (lleva tres empates al hilo, dos con Víctor Cicolallo como DT), y Roca demostró tener agallas para empatarlo, y mantener así su casa libre de derrotas.