Con el segundo tiempo casi de más, el "Albinegro" sólo esperó el pitazo final para levantar los brazos y terminar de ofrendarle el triunfo a su gente.
Fue como un desahogo y así lo expresó el goleador Oscar Padua.
"Teníamos una espina clavada porque no podíamos ganar en nuestra cancha y por el baile que ellos nos habían dado en la
primera rueda. El equipo estaba muy fuerte pero a la vez dolido por esas cosas y por suerte se nos dio todo".
Para el "Loco" la clave del encuentro pasó por "ser sólidos en todas las líneas y mostrar contundencia en ataque. Corrimos todos por igual, cada uno cumpliendo su función. Ahora tenemos que pensar en el próximo partido para tratar de sacarle diferencia a Santamarina".
Bruno Weisser fue el encargado del 2-0 y se mostró "muy contento porque en lo personal se me dio el gol y le pudimos regalar a la gente un triunfo".
"Pikachu" agregó que "las llegadas que tuvimos las pudimos convertir enseguida y eso nos dio mucha tranquilidad".