¿Qué hace por la Patagonia un director de la poderosa UEFA, responsable de la Champions League, el torneo más remunerativo del fútbol mundial, viendo un certamen infantil?
Maximilian von Portatius es alemán y hace más de diez años que está organizando partidos de la Liga de Campeones por diferentes ciudades de Europa. Por estos días pasea por Roca y por distintas subsedes del Mundialito, acompañando a uno de sus organizadores, "mi amigo Mario Cesarín", afirma el hombre en cuestión, en un claro español. "La experiencia de Max a nivel organizativo es muy amplia. Nos puede ser de gran ayuda para las ediciones futuras del Mundialito. Además aspiramos que a través de su gestión, podamos tener el año próximo a algún equipo europeo en competencia", se esperanzó Cesarín.
Von Portatius quedó enamorado de la Argentina, y no sólo de sus costumbres o del fútbol. Estuvo estudiando seis meses en Buenos Aires en el año '94, tiempo suficiente para quedar cautivado para siempre. "Este país es una pasión para mí", asegura.
"Quería saber cómo se trabajaba en el fútbol. Regresé en el 2000 y a partir de allí lo hice todos los años". ¿Todos los años? Max confiesa que hay algo más que su interés por el fútbol en esta tierra. "Lo que pasa es que mi novia vive en Mendoza...", confiesa.
Y fue justamente en Cuyo en donde Max conoció a Jorge Griffa, palabra mayor en la formación de divisiones inferiores, cuando éste se vinculó a Independiente Rivadavia. Cesarín trabajaba junto a Griffa y a partir de allí nació la amistad. "A Griffa lo llevé dos veces a Alemania para que dé charlas sobre formación de jugadores. Fueron conferencias muy importantes y positivas. Es un hombre que sabe mucho del tema", agrega Von Portatius.
-En Europa, ¿cómo se trabaja en el fútbol infantil?
-Según el país. No se aplica de la misma manera en todos lados. En Argentina hace más de 30 años que se trabaja a conciencia, y uno de los grandes responsables es Jorge Griffa. En Europa se despertaron mucho después. En Alemania, por ejemplo, recién llevan apenas 5 años trabajando a conciencia y todo nació por una necesidad.
-¿Cuál?
-Básicamente los resultados. Los equipos no estaban llegando muy lejos en las copas europeas, la selección no era tan fuerte como en los años '70 y '80, y lo más alarmante era que los chicos elegían otros deportes. "¿Que está pasando? ¿Nos estamos quedando sin canteras?", eran las preguntas que se hacían en la Federación Alemana. Entonces se armó un proyecto (que le sale más o menos seis millones de euros al año) apostando a los chicos, que por distintos motivos, no son reclutados por los clubes grandes. De a poco está dando sus resultados.
-Y un club de la Bundesliga, ¿cuánto gasta en inferiores?
-El Hertha Berlín por ejemplo, gasta 4 millones de euros por año en juveniles. Los ingresos allá son muy altos por promoción y patrocinio, y lo pueden financiar. La idea es algún día no tener la necesidad de comprar jugadores.
-¿Cómo es eso?
-Claro. Allá invierten para no tener que salir de compras en un futuro. Es el camino inverso de lo que pasa aquí. En Argentina o Brasil, se forma al jugador para venderlo después. En Europa están trabajando ahora mucho más en juveniles, pero el fin no es ganar plata, sino ahorrársela.
WALTER RODRÍGUEZ