Hace un año fue la batalla de los quinchos. Y ayer se repitió la historia. Seis heridos y unos 70 detenidos fue el resultado de un nuevo choque violento entre barrabravas de River, en otro capítulo de una interna que carece de fin.
El nuevo episodio atroz ocurrió en el playón del estadio Monumental , antes del encuentro que disputaron el dueño de casa y Gimnasia de Jujuy.
Tampoco faltaron en la ocasión heridos por armas blancas, pero el enfrentamiento se produjo entre el grupo partidario de Adrián Rousseau y la Banda del Oeste, que antes respondía a esa facción.
Más allá de que River, en un comunicado oficial, informó que "hubo 34 detenidos por derecho de admisión" y que "tras un chequeo en todos los hospitales de la zona no hay ningún herido", el episodio fue violento, sangriento, bochornoso y puso en peligro la seguridad de los simpatizantes comunes que concurrieron al estadio de Núñez en procura de disfrutar de una jornada de fútbol.
La intervención policial terminó con la refriega y tuvo como resultado unos 70 detenidos en la comisaría número 51.
Lo concreto es que antes y después del asesinato del barra Gonzalo Acro la interna de River sigue siendo violenta y hasta el momento incontrolable. Nadie puede controlarlo y es una historia sin fin.