La llegada de Alejandro Grossi le cambió la cara a los Gigantes del Sur. Además de armar equipos muy competitivos desde que agarró la posta, en el ascenso, se metió de lleno en el proyecto, le dio lugar a los chicos y se quedó en Neuquén, a pesar de algunas ofertas tentadoras.Con el resultado puesto, es fácil decir que dio en la tecla con los planteles que armó, pero la realidad es que rescató a algunos jugadores que estaban olvidados y también les dio continuidad a otros que corrían riesgo de continuidad, cuando el sexteto subió a la elite, como Matías Macor o Juan Pablo Hatrick.
En el plantel también hay varios intocables, pero el número 1 es Camilo Soto. El armador de Picún Leufú es el emblema del voley neuquino y su llegada captó a la gente, que respondió en buena forma durante las tres temporadas en primera.
Los demás, se metieron de a poco y los que completan el podio son Leo Patti y el "Mono" Sánchez.