Todos los títulos tiene su importancia, pero no hay uno igual a otro. El segundo que logró Maximiliano Debasa en el certamen argentino de rally cuenta con un agregado extra. Lo consiguió con un auto que su propio equipo preparó entre prueba y prueba en su taller de Catriel.Pero hay más, porque el segundo título de Maxi, también significó una nueva consagración de su hermano Mauro como navegante.
Maxi salió campeón en el Grupo N-3, hace un par de años había festejado en la otrora Copa Palio. Pero su equipo también se dio el lujo de festejar otro título argentino de la mano de Darío Hernández en el Grupo N-2 y como yapa le sumó otros dos en el regional.
Debasa no tuvo problemas en bajarse de un Subaru del Grupo N-4 a un Renault Clío. Por la falta de presupuesto, no pudo el año anterior tener el protagonismo que pretendía en la división "top" del rally argentino.
Entonces, prefirió bajar un cambio a tiempo. Compró el auto que Oscar Millán le armó a Pablo Cacopardo para que el neuquino fuera también campeón argentino en el Grupo N-3 y fue en busca de otro título.
Lo de Debasa, si bien la tra-cción simple está devaluada, fue enorme. Ganó las seis pruebas que disputó.
Debutó con un triunfo por demolición en La Cumbre. Después siguió la racha en Río Ceballos, Tucumán, Catamarca y San Rafael.
El último festejo fue en la mítica Vuelta de la Manzana, donde anticipó su conquista como campeón.
Las otras cuatro pruebas no tuvo necesidad de disputarlas, por lo que su hermano Mauro despuntó su vicio como piloto, si bien es un gran navegante.
Y no le fue nada mal, porque sumó dos triunfos en tres pruebas. Se impuso en Mina Clavero, donde debutó en el Argentino, y Plaza Huincul.
"No cualquiera se puede dar el gusto de lograr dos títulos argentinos, por eso me considero un elegido. Encima, esta vez lo conseguí con nuestro propio equipo. Tiene un sabor diferente", comenta Maxi.
Reconoce que "el Clío es un tanque. La verdad, Oscar (por Millán) armó un verdadero tanque de guerra. Le dimos con todo porque nos gusta andar a fondo, casi nunca especulamos porque fue muy grande la diferencia con nuestros rivales".
Recuerda que "el título era cuestión de tiempo, justo se dio en la Manzana que es la prueba con más historia en el argentino, por lo que el festejo fue doble".
La dinastía Debasa empezó con papá Miguel y siguió con sus hijos
en el rally. Hoy todos están vinculados con un equipo que este año hizo mucho ruido con sus cuatro títulos, dos en el argentino y otro par en el regional. Desde Catriel se ganaron un lugar entre los más grandes y se convirtieron en los dueños de la tracción simple.
