Indudablemente Boca es el mejor representante del fútbol argentino a nivel internacional del 2000 hacia acá. En el primer semestre de este año, y de la mano de un genial Juan Román Riquelme, conquistó su sexta Copa Libertadores de América.
Peleado con su técnico en el Villarreal, el chileno Manuel Pellegrini, JR regresó en febrero a Argentina para volver a ponerse la camiseta "xeneize" a cambio de un suculento préstamo, que él mismo se encargó de saldar con sus pinceladas.
Muchos dudaban de si iba a estar a la altura de las expectativas que se habían generado, debido a su inactividad producto de esos desencuentros con el ex DT de River y San Lorenzo.
Pero los interrogantes desaparecieron muy rápido.
Apenas unos minutos bastaron para que el "10" empiece a desparramar toda su jerarquía por las canchas de América al punto que se convirtió en el goleador del torneo, superando nada menos que a Martín Palermo y Rodrigo Palacio.
Román volvió a ser feliz y el pueblo "xeneize" lo disfrutó al máximo.
Claro que alrededor hubo un equipo con rendimientos altos que terminaron de consolidar la estructura del campeón.
Si bien no fue una campaña arrolladora, Boca demostró partido
a partido que era el mejor, gracias a una actitud ganadora de la que no gozan muchos equipos.
No le importó a ganarle a Libertad en Paraguay por los cuartos de final, ni remontar los dos goles de diferencia que le había sacado el Cúcuta en la ida de las semifinales.
Varios lo tuvieron contra las cuerdas, pero como un caballo de carrera que se sabe superior esperó hasta los últimos metros para adelantarse. Otras veces sacó mucha diferencia y después reguló como contra Vélez en octavos o en la mismísima final ante el Gremio.
La fase de grupos fue apenas un trámite. Ganó cuando tenía que ganar y llegó con poco esfuerzo a la siguiente ronda gracias a las victorias como local sobre el Cienciano (1-0), Toluca (3-0) y Bolívar (7-0). Fuera de casa no le fue tan bien: perdió con el Toluca (2-0) y el Cienciano (3-0), y empató con el Bolívar (0-0).
En su camino al título luego se cruzó Vélez pero ni la criminal patada del "Gato" Sessa a Rodrigo Palacio pudo detener el avance xeneize.
En cuartos apareció Libertad y el 1-1 de la ida en la "Bombonera" parecía que dificultaría el andar de Boca, pero tampoco fue problema porque allí sacó a relucir su estirpe copera y consiguió la clasificación nada menos que en Paraguay con los toques de distinción de Palacio y un cada vez más determinante Riquelme.
Daba la impresión que no había rival capaz de entorpecer el camino al título y no lo fue tampoco el Cúcuta que incluso le ganó 3-1 en Colombia, pero sucumbió ante el 3-0 en Buenos Aires con otra gran actuación de Román y su ballet.
Llegó el tiempo de la gran final, ante un Gremio que había superado los tres cortes eliminatorios por muy poco margen.
El primer duelo fue en la "Bombonera" y luego de un primer tiempo muy luchado en el que Boca ya estaba arriba por el gol de la "Joya" Palacio apareció la magia de JR para soltar un derechazo que significó el 2-0. Patricio en contra redondeó una diferencia tranquilizadora.
La revancha no fue revancha porque dos toques mágicos de Riquelme bastaron para redondear la nueva consagración del "Torero" y que Boca alcance su sexta Copa Libertadores, siendo el equipo argentino más ganador a nivel internacional.
Después no pudo con el Milan en una final del Mundial de Clubes sin Román, inhabilitado por la FIFA. ¿Qué hubiese ocurrido con él en cancha? Toda una incógnita.
Con la segunda vuelta del ídolo, Boca apuntará al 'bi' en la Libertadores para buscar una revancha y lograr ese título que le fue esquivo en Japón.