Tiene un aire bonachón, sonrisa permanente y el humor ocurrente del gen cordobés. Cuando pisa la cancha muestra un juego agresivo, siempre ataca y con tiempos cortos para armar los tiros. Llega y pega.
Se le había ido el British Open por un golpe, en Augusta National estuvo cerca entre los maestros, pero en el US Open, Ángel Cabrera le ganó a todo el mundo y levantó uno de los trofeos más preciados del golf, porque se trata del Major más competitivo de todos. Son sólo cuatro en la temporada, pocos lo logran -a los apuntados se suma el PGA Championship-.
Algunos le critican su escaso apego al trabajo, otros que prefiere jugar el Abierto del Centro, en casa, o el del Litoral, antes que prepararse para la gira europea o la norteamericana.
Más allá de que con lo hecho en el 2007, en el que además ganó el Grand Slam de Bermuda -certamen que disputan los campeones de los Majors de cada temporada-, con lo cual le tapó la boca a varios, Cabrera también contesta: "El golf para mí es un trabajo y lo hago como creo que está bien. La verdad es que lo disfruto mucho".
La tarea que realizó en la complicada cancha de Oakmont, en Pensilvania, quedará en el recuerdo, por la autoridad con la que asumió esa vuelta final. Cabrera anotó un 69 en esa ronda -único del fin de semana con dos recorridos bajo el par- y un 285 (+5) para el torneo; Furyk se fue con par en el 18 y quedó a un impacto. El "Pato" se sentó en el Club House a ver como terminaba la ronda Woods, que venía atrás.
Tiger llegó +6 a la salida del 18, un par cuatro en el que necesitaba un birdie para forzar el desempate. En dos estuvo en el green, pero empleó dos putts y el festejo fue criollo. El primer latinoamericano que gana un Major en esas tierras.
Ese 17 de junio de 2007 dijo: "no caigo. Mañana cuando me despierte y vea la copa al lado de mi cama me daré cuenta".
Un paralelo con lo hecho, 40 años atrás, por Roberto De Vicenzo en el Abierto Británico de 1967, en
el que superó al "1" de aquellos años y todavía considerado el mejor de todos los tiempos: Jack Nicklaus. Cabrera venció a Tiger, que va camino a "desbancar" al gran Jack.
El US Open es distinto al resto: más de 80.000 personas lo siguen, casi 10.000 jugadores se anotan para jugarlo y llegan 156. Un dato que agiganta lo hecho por el "Pato".
Atrás quedaron los inicios como caddie a los 10 años, la mano que recibió de Eduardo "Gato" Romero a los 17 y hacerse profesional a los 20. Esta fue una victoria cargada de futuro.