Un día volvió Marco Solorza. Y fue más grande que nunca. El saliente campeón argentino logró una memorable victoria en el cierre del certamen argentino de motociclismo de velocidad, ayer en el autódromo roquense."Marco, el Grande", como se lo conoce desde que se convirtió en una de las figuras de exportación del motociclismo argentino, dio cátedra en un circuito roquense que volvió a tener problemas con el asfalto.
Después de la "pole" sabatina, Marco aparecía como el gran candidato, si bien no pensaban lo mismo su hermano Martín y el flamante campeón Ariel "Buba" Ramírez.
La primera prueba fue emocionante. Marco picó en punta y a fuerza de puro talento aguantó a Ramírez y Martín Solorza, quien en la cuarta vuelta se fue al piso a la salida de la horquilla.
Después fue un mano a mano electrizante entre Marco y "Buba", que se definió en favor del segundo a poco del final, cuando el cincosaltense no lo pudo aguantar más.
La mano venía complicada para la segunda y decisiva prueba. El piso se rompió tanto en algunos sectores que Marco era el que más lo padecía, porque no podía aplicar toda la potencia de su moto. Más de una vez estuvo al borde del abismo.
Pero, Marco siempre tiene un "as" guardado. Ni bien empezó la prueba se fue decidido a buscar el triunfo y lo consiguió por demolición, porque una vez que llegó a la punta, voló durante un par de vueltas y se tomó el buque ante el delirio de sus seguidores.
Marco eclipsó la figura del nuevo campeón Ramírez y dejó en claro que de haberse metido antes en el certamen, otra hubiera sido la historia.
Pero las buenas de los Solorza no terminaron con Marco, porque también se lució el menor de la di
nastía. Juan hizo doblete, el segundo consecutivo, demostrando que dejó de ser una promesa para convertirse en una realidad.
Juan, de apenas 15 años, se prendió con los más grandes del Argentino y le sacó una gran diferencia a sus rivales en Sport Production.