Cuatro años tuvo que esperar Juan Kreitz para convertirse en campeón de la Monomarca Gol. Llegó a la definición del certamen con una buena ventaja y lo aprovechó. En la final de ayer en el autódromo roquense evitó los roces, siguiendo desde el tercer lugar al inalcanzable Agustín Carabetta.
La última final del certamen fue realmente muy entretenida, porque hubo suspenso en la definición del título y también por los sobrepasos.
Agustín Carabetta tenía que ganar y esperar una mano de sus rivales. Su parte la cumplió con precisión, porque se quedó con la "pole", ganó una serie y dominó de punta a punta la final. Debutó como ganador, pero la felicidad no fue completa porque Kreitz aprovechó la refriega para que se bajaran algunos rivales y cuando llegó al tercer lugar le bajó la persiana a la prueba.
Agustín movió impecable en la final y en la primera curva tenía unos metros de diferencia con su escudero Juan M. Trasarti, quien empezó a aguantar al resto.
Trasarti apeló a todo su manejo para mantener atrás a Andrés Tomini, quien cuando arriesgó se fue afuera y perdió mucho terreno.
Mientras, Kreitz se movió entre tercero y cuarto, en una lucha sin fricciones con Juan M. López, Sebastián Ludman y Federico Carabetta.
Cuando abandonó Jesús García el título se definía entre Agustín
Carabetta y Kreitz, con la calculadora en la mano.
Carabetta completó su parte, logrando su primera victoria en la categoría después de un trabajo perfecto. Mientras, Kreitz tomó todos los recaudos para llegar a la bandera a cuadros con el auto entero. Recién después empezó el esperado festejo.
A cuatro vueltas del final la respiración se contuvo en más de uno, cuando se pegó un palo bárbaro Marcos Branchesi, quien dio no menos de cinco o seis tumbos terminando con su auto todo roto.
Branchesi largó de atrás y venía apilado rivales con un gran ritmo, pero un exceso lo mandó para afuera, pegándose la piña de su vida.