El banquete estaba servido para Juan Mónaco. "Pico" era, a priori, el gran favorito a quedarse con el Abierto de la Patagonia y el mimado de la gente, que ayer copó el court central de El Rincón Club de Campo neuquino.

Pero Luis Horna se tomó muy en serio el encuentro definitorio y sin brillar, pero con efectividad y contundencia, se quedó con la octava edición del tradicional certamen tenístico, que ya se convirtió en un clásico de fin de año, por estos lares.

El número uno del Perú se impuso por 6-4, 3-6 y 7-6 (7-2 en tie break) luego de dos horas de juego, ante un calor insoportable en el mediodía capitalino. En esa "hoguera" de polvo de ladrillos, Horna desplegó una actuación sin falencias, aprovechó los desconciertos de su rival y cerró un año que definió como "el mejor de su carrera".

Si bien Lucho no tuvo una feliz temporada en el circuito de la ATP, ya que sólo se consagró en el Abierto de Viña del Mar -a principios de año-; su actuación fue determinante en el ascenso que logró el equipo de Copa Davis de su país al Grupo Mundial. Un hecho histórico para una nación sin tradición tenística.

Por eso, luego de descorchar el champagne y firmar decenas de autógrafos, se despachó con tal afirmación: "sin dudas, el 2007 fue mi mejor año. Y ganar acá, donde me siento como en casa, pues el público es fantástico; es un placer enorme".

A lo largo del match definitorio, Horna y Mónaco se repartieron aciertos y errores, pero desplegaron un atractivo espectáculo para el millar de aficionados que respondió a la convocatoria.

El juego no fue tan vistoso y entretenido como el que brindaron un día antes, en semifinales, "Pico" y Mariano Zabaleta, pero alcanzó a cubrir las expectativas de la gente.

Toques sutiles, un par de aces, certeros golpes sobre la línea y una "Gran Willy" que ensayó con éxito el tandilense en el primer set, para pasarlo al peruano en la red, provocaron la ovación de los espectadores durante varios pasajes del partido.

A pesar de ese acierto, ese parcial quedó en manos de Horna, por 6-4. Como a lo largo de todo el encuentro los quiebres de servicio fueron la constante y el resultado final incierto.

El segundo fue para Mónaco, por 6-3, aunque había empezado complicado al perder s saque en el mismo arranque. Supo levantarlo.

El desarrollo del tercero no varió con respecto a los anteriores. "Pico" tuvo en sus manos la victoria cuando sacó 5-3 arriba, pero allí apareció la personalidad del peruano para quebrarlo una vez más y recuperar el terreno perdido.

Se entró en el tie break y en esa instancia, todo fue del "visitante", que logró varios mini-quiebres y terminó con un amplio 7-2.

El tandilense no pudo defender el título que había ganado el año pasado y permitió la coronación, por primera vez, de un extranjero.

Hay que recordar que en las anteriores ediciones del Abierto patagónico los que festejaron fueron todos argentinos: Mariano Hood, Lucas Arnold, Diego Moyano, Juan Ignacio Chela x 2, Guillermo Cañas y Mónaco.

Tanto "Pico", como Lucho coincidieron en que el objetivo de estas exhibiciones es darle la posibilidad a los amantes de este deporte y al público en general del interior, de gozar de un tenis de primer nivel. Y sin dudas, tras verlos en acción, ambos cumplieron con esa premisa, porque se brindaron para dar espectáculo.

"Me voy muy feliz de Neuquén. Quería ganar, siempre quiero ganar todo lo que juego, pero esta vez Lucho estuvo más acertado en el tie break. Ojalá pueda volver el próximo año y darle una alegría a toda esta gente que me trató de maravillas", aseguró un extenuado Mónaco, que puso fin a un año superexitoso, coronado con tres títulos de ATP (Buenos Aires, Poertschach y Kitzbuhel) y un romance de película.