Cipolletti recibió una de las derrotas más duras en lo que va del torneo, pero la diferencia que le había sacado al resto le permite continuar en lo más alto de la tabla del grupo.
La caída 4-1 frente a Juventud, que sigue siendo el último, fue una de las sorpresas de la fecha porque el albinegro fue ampliamente superado en el primer tiempo, período en el que el 3-0 en contra prácticamente selló el futuro del partido.
El intento de resurgir en el complemento, luego del rápido descuento de Daniel Carou, quedó desvanecido con un contragolpe letal del colombiano Wilmer Parra.
Los primeros 45 fueron para el olvido porque al poco peso ofensivo del albinegro, Juventud potenció al máximo sus desacoples defensivos, el mal que acompaña al equipo a lo largo del torneo.
Apenas unos minutos duró la ilusión de hacer un buen partido. De a poco comenzaron a aparecer las fallas en la marca. Los huecos de los costados fueron bien explotados por Juventud que a los 22 consiguió la primera diferencia.
Parra se sacó la marca de encima, mandó el centro pasado y Cristian Serrano -sin marca- metió un derechazo que se clavó en el ángulo.
A partir de ese momento, el equipo de Domingo Perilli entró en un desconcierto que le dejó el camino abierto al local para sacar tres de diferencia con la aparición en soledad del defensor Marcio Ostertag en el área chica para definir sin marca y el golazo de Pablo Quiróz.
"Mingo" rearmó el equipo de mitad para adelante y el gol de Carou encendió la luz de esperanza. El palo le negó el 3-2 y el envión invitaba a soñar con la heróica, pero Parra se encargó de cerrar el partido. Definió por abajo de Ruiz luego de una contra y se terminó el partido.
A pesar de la caída, el albinegro se mantiene arriba, pero deberá mejorar varias cosas para no seguir dejando puntos en el camino.
