La muerte ayer de un aficionado del Lazio por un disparo accidental de un policía provocó una ola de violencia de los "tifosi" en todo Italia, que reaccionaron con disturbios a la decisión de las autoridades de no suspender la jornada.
La Federación Italiana de Fútbol decidió suspender el partido entre el Inter y el Lazio tras la muerte de un fan del equipo romano por un disparo accidental de un policía. Pero la medida no contentó a los hinchas y varios grupos de fans por todo el país se enfrentaron con las fuerzas del orden en un clima de indignación general contra la policía y contra la decisión de no suspender la jornada.
La policía reforzó la seguridad del resto de partidos, que comenzaron con diez minutos de retraso en señal de duelo, y el jefe de policía de Roma decidió suspender el partido que cerraba la jornada entre Roma y Cagliari ante el temor a más disturbios.
El fan del Lazio de Roma Gabriele Sandri, de 26 años, murió a primeras horas de la mañana al recibir un disparo en el área de descanso de Badia al Pino, cerca de la ciudad de Arezzo, en la región de la Toscana, al noroeste de Italia, cuando iba a Milán, donde su equipo jugaba ayer ante el Inter. "Fue un trágico error", dijo muy afectado el jefe de policía de Arezzo, Vincenzo Giacobbe.
Según el relato de los testigos, una patrulla de la policía medió en una pelea entre hinchas del Lazio y de la Juventus y uno de los agentes disparó dos veces al aire. Una de las balas alcanzó a Sandri en el cuello. Al parecer los fans del Lazio que se desplazaban a Milán
se encontraron con los de la Juventus, que viajaban a Parma, donde ayer jugaba su equipo.
La de ayer es la segunda muerte que lamenta el fútbol italiano en 2007. En unos graves disturbios entre aficionados el 2 de febrero un policía resultó muerto en Catania al ser golpeado por los vándalos.
En un segundo plano quedó el empate de la Juventus en Parma (2-2) y la derrota por 2-1 de la Fiorentina ante el Udinese que le impide alcanzar la cima de un "calcio" herido nuevamente por la violencia.
