Hace tiempo que la violencia está desatada y fuera de control dentro de la barrabrava de Independiente Rivadavia de Mendoza. Tanto, que la muerte apareció en medio de la tribuna y mientras el equipo ganaba por goleada.
El sábado por la noche, un hincha de la "Lepra" murió de una puñalada en su abdomen, mientras se disputaba el segundo tiempo del partido en que el equipo mendocino goleaba a Belgrano. El asesinato se encuadra dentro de la feroz lucha interna que vive la barrabrava del club del parque.
Interna feroz
El puntazo que le terminó causando la muerte de Damián Muñoz, sanjuanino de 38 años, lo recibió en el estadio Juan Gargantini, mientras se disputaba el cotejo que el conjunto cuyano le ganó por 7-0 a Belgrano, por la fecha 14 de la B Nacional.
En la popular sur local se generaron corridas y se desató enseguida la violencia. Luego de unos minutos, varios hinchas acercaron a Muñoz, quien tenía una herida de un centímetro de profundidad en su abdomen, a la puerta de acceso de la tribuna, donde una ambulancia lo llevó al hospital Lagomaggiore. Allí murió, horas después.
La barra de Independiente Rivadavia mantiene una feroz interna relacionada con el liderazgo de la tribuna y la posición asumida frente a la dirigencia del club, que determinó la reserva del derecho de admisión y acabar con el reparto de entradas.
"Nosotros estamos haciendo lo suficiente para terminar con la violencia. Evidentemente, el control no dio el resultado deseado, a pesar de que las requisas a los simpatizantes, yo mismo lo presencié, fueron más minuciosas", opinó Daniel Vila, presidente del club.
La policía mendocina parece tener pistas firmes del agresor, a partir de las filmaciones de las cámaras existentes en el propio estadio. Los investigadores se apoyan en un video policial que habría tomado las imágenes del ataque. Aún no hay detenidos por el crimen.
Las sospechas recaen sobre un hombre que tendría una disputa familiar con Muñoz, y que también sería barra de los azules. Las versiones que se manejan son dos: un crimen pasional y un ajuste de cuentas entre integrantes de la hinchada.