Independiente estiró su buen momento. Si bien no hizo un gran juego, fue superior a Gimnasia, en Comodoro Rivadavia y se impuso por 77 a 72. Fue por la décima fecha de la Liga Nacional de básquet.
Los primeros pasajes del encuentro fueron los peores del quinteto neuquino, porque le costó superar la marca personal en zona que propuso el local.
Ante la falta de peso interno, Fernando Duró optó porque el visitante tenga que depender de su perímetro. Además, salió en contragolpe y logró una buena diferencia en las cifras: 11-2.
Paulatinamente la cosa se emparejó, por un lado porque Independiente comenzó a mover más la bola y por el otro debido a que Gimnasia perdió efectividad. El final del cuarto fue 22-16, para el local.
La visita revirtió la historia en el segundo. Los ingresos de Nicolás Romano y el manejo de la base de Esteban López, dieron frutos y por eso al momento de irse a los vestuarios, Independiente estaba arriba por 41-37.
A partir de que estuvo al frente, en el complemento, sólo había que esperar cuantos puntos podía sacar de diferencia el conjunto visitante. Por eso, poco a poco, estiró la luz.
Enfrente un equipo como Gimnasia, con un solo extranjero, con menos variantes y, sin dudas, en una crisis. El tercer cuarto se clausuró: 56-47.
Si Martín Melo fue la individualidad que surgió en Monte Hermoso, anoche fue el turno de Romano, en una noche mágica.
Al final terminó ajustado en las cifras, algo que no debería haber ocurrido si hubiera mantenido la concentración en el juego.