CIPOLLETTI (AC).- No tuvo las figuras esperadas y quizás eso le restó algo de marco a la visita de Boca a la Visera de Cemento, que igual respondió ante la entrega de un xeneize muleto que venció 2-0 a Cipolletti.
El resultado quedará sólo para la estadística ya que si bien muchos siguieron masticando bronca por no haber podido ver a sus ídolos, reconocieron el esfuerzo de este equipo compuesto por suplentes e integrantes de la reserva, pero que también contó con la calidad y experiencia del colombiano Fabián Vargas, que fue una de las grandes figuras del amistoso.
Es que hubo más cosas en el medio como la despedida del "Ruso" Henry Homann que jugó los primeros veinte minutos para luego recibir la ovación de los seis mil simpatizantes que ayer se dieron cita en el estadio albinegro.
No estuvieron los titulares, pero igual se pudo ver fútbol de otra categoría. Es que el plantel xeneize dio una muestra de un juego bien asociado, en velocidad y con mucha circulación de pelota.
Por momentos, y a pesar de que Boca jugó con un muleto, se notó la diferencia de categoría.
Sobre todo en la velocidad para recuperar y pasar al ataque, en las posesiones cortas y el aprovechamiento de los errores del rival.
Y fue justamente a través de este último ítem que el visitante llegó a la apertura del marcador. Los de Russo avanzaron por derecha, mandaron el centro a media altura, la defensa albinegra no pudo despejar y apareció Mariano Torres para sacar un zurdazo tremendo y establecer el 1-0.
Cipolletti tampoco se guardó nada. Sin llegar a poner pierna fuerte como en partido oficiales, se vio un albinegro siempre intentando y con el veloz Hugo Prieto en un gran nivel.
El delantero allense le ganó casi siempre a Bruno Urribarri que arrancó el Apertura como titular en Boca, pero no encontró un socio para capitalizar sus avances.
Por momentos el juego fue distendido y permitió el lucimiento en algunas acciones individuales como una de Julio Ibáñez que entró al área a puro enganche, pero el seguro arquero de Boca le ahogó el grito.
En el final, Bertolo "otro de gran nivel" redondeó el 2-0 para cerrar una fiesta que no tuvo a sus invitados esperados pero que sirvió para ver a Boca nuevamente en la Visera.