Se necesitan con desesperación, Ariel Ortega y River. El crack, porque sólo vive para sus colores y la "Banda", porque sin él no sabe a qué jugar. Y ayer, cuando se necesitaban más que nunca, dieron todo de sí y todos fueron felices, pero ellos más que ninguno.
El Monumental volvió a ser una fiesta de la mano de su último gran héroe y nada menos que ante Boca. El "Burrito" condujo a su equipo a la victoria y jugó como hace tiempo que no lo hacía.
Con gran movilidad, con determinación, imponiendo desequilibrio en la maniobra individual y con claro panorama, el jujeño manejó la pelota, se mostró siempre para recibir y se hizo eje de circulación, dándole a la formación de Daniel Passarella una postura ganadora desde el comienzo mismo del juego.
"Estoy muy contento por el triunfo, esperaba mucho este partido y por suerte se nos dio todo. En el primer tiempo hicimos la diferencia y liquidamos el partido", afirmó el delantero, con el superclásico en un puño.
Pero el Burrito no estuvo sólo en la ofensiva de River y quizás por eso fue que jugó tan bien. Lo acompañaron en la misma sintonía futbolística Radamel Falcao García y Diego Buonanotte. También Fernando Belluschi.
El delantero colombiano hizo muy bien lo más difícil de un clásico: el primer gol del partido, ese que destraba un juego cerrado y dominado por los nervios y la tensión. Por eso el aporte de Radamel Falcao fue tan importante. Luego de su gol, nada fue igual, ayer, en la cancha de River.
Si bien tuvo altibajos en su rendimiento individual, sus momentos de mayor lucidez en el partido fueron determinantes en favor River. Cuando apareció en su esplendor hubo gol, pero también movilidad y opción de pase. "Se jugó bien y estamos muy contentos con el triunfo que conseguimos. Jugamos un partido soñado", dijo Radamel Falcao.
El otro buen socio de Ortega fue Diego Buonanotte. ¿Qué decir de él? El juvenil "millonario" de 19 años apenas y noventa minutos de fútbol como profesional debutó ayer de titular y nada menos que ante Boca. Por eso quizás Buonanotte haya sido la apuesta más arriesgada de Daniel Passarella. Y el pequeño volante fue figura.
Como Falcao García, el santafesino de Teodolina también fue determinante para el curso del partido. Es que a él le cometieron el penal que Ortega transformó en el segundo gol de River. Pero no fue sólo eso. Su audacia para encarar y su vocación para asociarse con Belluschi y Ortega le dieron al fútbol de River una frescura que fue determinante para el "supertriunfo".
El mejor Ortega en mucho tiempo condujo a River a un gran triunfo en el superclásico.